Social Media no es Facebook

Tal vez comenzar un post con semejante obviedad de título podría resultar un tanto absurda. Pero me da la sensación de que el crecimiento de la famosa red social del señor Zuckerberg está llevando a que muchas empresas que se plantean entrar en el ámbito de la Web Social tengan marcado en exclusiva en sus estrategias iniciales esa red. Es verdad que Facebook tiene 600 millones de usuarios (habría mucho que hablar respecto a los que son activos, los que son reales, los que son particulares, etc.) y que después del oráculo de Google y su servicio de vídeo Youtube es el punto de referencia cada vez que se habla de Internet.

Pero también los directivos de estas empresas deberían observar el entorno de la Web Social desde un punto de vista más amplio. Los medios de comunicación, con su afán por simplificarlo todo, han planteado el mundo de las redes sociales desde la dicotomía de Facebook y Twitter. Y a partir de ahí, el horizonte parece cada vez más nublado.

Sigo observando que llevar adelante un blog en la mayoría de las empresas españolas es algo que suena a ciencia ficción. El poco original argumento de los miedos frente a los posibles comentarios negativos (que lejos de haberse superado continua cada vez que planteo la opción en alguna organización) va quedando sobrepasado por la idea de que un blog supone mucho trabajo y poca rentabilidad en visitas. Es decir, ¿para qué vamos a contar algo más que nuestros breves anuncios en forma de titulares? Lo mismo, aunque de forma mucho más escandalosa, se observa si buscamos cuántas organizaciones realizan podcasts. Por poner un ejemplo, en las organizaciones universitarias, en España, de setenta y cinco universidades tan solo tienen presencia en iTunes U cinco de ellas (mejor no preguntar en las otras setenta si saben lo que es y para qué podrían usarlo…)

El ámbito del vídeo es otro de esos desconocidos ilustres. Por otro lado, teniendo en cuenta el tradicional pavor a la construcción de material videográfico propio sin que pase por decenas de censuras organizativas, uno puede comprender que difícilmente la empresa va a estar dispuesta a usar Youtube, una herramienta gratuita, sencilla y potentísima, para mejorar sus comunicaciones.

¿Cuántas empresas españolas utilizan Slideshare para compartir documentos que, una vez creados, permanecen en un cajón durante años? ¿Cuántas de ellas han reconvertido la excelente idea de incorporar un apartado de enlaces en la web corporativa por un entorno de marcadores compartidos en sitios sociales como Delicious o Mr. Wrong?

LinkedIn es una herramienta muy utilizada por todo tipo de profesionales para en la mayoría de las ocasiones dejar un curriculum más o menos atractivo en Internet y en el mejor de los casos actuar como coleccionistas de contactos. En algunos casos son los expertos en Recursos Humanos los que la usan, pero ¿cuántos directivos de una empresa han, al menos, curioseado por los grupos existentes relacionados con su ámbito de actividad?

Y por supuesto Twitter, el gran juguete de moda que parece querer acercarse a Facebook en cuanto a las preferencias de muchos directivos encargados de «lo 2.0». Por aquello de que permanentemente está en boca de periodistas que hablan de ello aunque lleguen a manifestar incluso públicamente no saber exactamente para qué sirve.

Twitter, Facebook, algunas herramientas de monitorización y un becario para todo Community Manager, que dicen que es lo que hay que tener en la empresa para hacer las cosas bien. A eso parece estar reduciéndose la presencia en la Web Social de la inmensa mayoría de las empresas españolas. De forma que no podemos ser optimistas respecto a un cambio en la forma de comunicarse y relacionarse con su entorno, al menos no todavía…

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