4 de marzo de 2010, Elecciones en la Universidad de Alcalá

Mañana es el día. El momento en el que toda la comunidad universitaria de la Universidad de Alcalá acude a las urnas para elegir al Rector que guiará sus pasos los próximos cuatro años.

Tras una campaña dura, difícil, plagada de problemas y de discusiones, quedan las ideas, los programas, los candidatos y el futuro. Un futuro que debe llevar a la Universidad de Alcalá a convertirse en una de las mejores universidades públicas del mundo.

Por ello es necesario votar. Masivamente. Acudir a las urnas para participar en plenitud del espíritu de ser universitario. Votar en conciencia, en libertad y con el sueño cercano de hacer una Universidad diferente, cercana, competitiva, simplemente mejor.

No os quedéis callados. La Universidad de Alcalá necesita vuestro voto…

Un post distinto, un hombre diferente

Infoconocimiento es un espacio de expresión creado hace ya mucho tiempo en el que hablo de aspectos relacionados con la Web Social, con la Universidad y con todo lo que tiene que ver con mis intereses profesionales. Algunas veces me he posicionado claramente ante problemas políticos o sociales, pero creo que nunca había escrito un post de estas características, es decir, mostrando sin ambages mi opción ante una determinada vía política.

Dentro de unos días se celebran elecciones en la Universidad de Alcalá, mi alma mater, de la cual me siento tan orgulloso como el día lejano de 1992 en que terminé la carrera. Allí me formé, conocí grandes amigos, aprendí que un historiador podía usar un ordenador y comencé mi carrera profesional. El mismo año que terminé mis estudios, cuando apenas habían pasado unos pocos meses, el profesor de Historia Económica, entonces Director del Centro de Estudios Norteaméricamos, José Morilla Critz, me ofreció participar en un proyecto de investigación y en la docencia universitaria. Algo que nunca pensé que sería mi pasión, el camino que acabaría siguiendo mi vida.

Eran años en los que yo peleaba con Manuel Gala, el viejo Rector que convirtió a la Universidad de Alcalá en una universidad de nuevo. Desde mi puesto de Presidente del Consejo de Estudiantes discutía con D. Manuel (o Manolo, para todos nosotros) sobre los cambios que se acercaban a la Universidad. Eran los momentos en los que aparecía la estructura de créditos, los años en los que los Masters comenzaban a ser acogidos por los centros universitarios y la época en la que algunos profesores como Pepe Morilla nos machacaban de forma inmisericorde con la necesidad de innovar y de internacionalizarnos para conseguir la excelencia. Y era un momento de crisis. Muy parecida a la actual. En la que parecía que hacer las cosas de forma diferente no tenía sentido, sino que el objetivo era tan sólo conseguir nadar y salvar la ropa.

Años de conversaciones con Pepe Morilla, años que fueron templando mis ideas. Años en los que, entre otras cosas, descubrimos que aquella cosa llamada Internet que nos exigían nuestros alumnos norteamericanos podía ser el futuro. Y conversaciones eternas acerca de lo que Pepe pensaba que debía ser la universidad del futuro. Años en los que aprendí el significado de la palabra lealtad unida a la palabra compromiso. Años que cuando aparecen frente a mí me reflejan exactamente tal como soy hoy.

Pepe se presentó a Rector hace unos años. Nadie daba un duro por su candidatura y tuvo que lidiar con uno de los peores dramas que una persona puede hacer frente en su vida. Aciagas fechas que, pese a todo, no le arredraron. Siendo consciente de que batallaba contra molinos de viento, optimista y sin dejar de soñar con la renovación de una pequeña universidad pública sumida, nuevamente, en la salida de una crisis. Perdió él y nunca he dejado de pensar que perdió la Universidad de Alcalá. Pero entonces yo no era docente universitario y no me sentía capacitado para poder decir en público que la elección era equivocada.

Hoy las cosas son distintas. Tras muchos años en la Universidad de Alcalá, Pepe Morilla vuelve a presentarse como candidato a Rector. Como siempre ha hecho las cosas. Sin gritos, llanamente y dispuesto a hablar de todo desde la tolerancia pero sin ceder ante una idea clara: la universidad pública española ha de cambiar. La universidad pública no puede seguir estancada. Es necesario avanzar para adaptarse a los nuevos tiempos. Yo sinceramente creo que Pepe Morilla es la mejor opción. Es la persona que puede devolver a la Universidad de Alcalá a la senda de la que nunca debió alejarse.

No puedo votar en esas elecciones. Tuve que marcharme de la casa que amaba tras estrellarme una y otra vez contra el inmovilismo de una casta que prefería mirarse su ombligo, ajeno a la realidad. No votaré, pero seguiré el proceso con la misma ilusión que cuando me sentía parte de la organización que hizo de mí lo que hoy soy. Y a cualquier persona que me pregunte le diré, «Mira a Pepe a los ojos, habla un rato con él y seguro que observarás la universidad pública que debería tener nuestro país»…