Libros, siempre libros
Paso todas las horas del mundo conectado a Internet, pero no puedo dejar de acumular libros. Y eso es algo que pasa factura cuando uno está con una mudanza en puertas. Pero si encima te vas a Nueva York no queda más remedio que esconder la tarjeta o decirle a tu acompañante que te prohíba seguir echando volúmenes al cesto.
De este viaje, además de una tonelada de ropa, de la guitarra más bonita del mundo y de los mejores recuerdos que puedo acumular, también han venido varios libros, algunos perseguidos con antelación y otros simplemente encontrados en Strand Books y Barnes & Noble (Esta vez fui infiel a mi querido Amazon)
- Smart Mobs, de Howard Rheingold, algo antiguo pero que tenía pendiente del especialista por antonomasia en Comunidades Virtuales
- Join the conversation, de Joseph Jaffe, interesante estudio sobre el nuevo marketing
- The cult of the amateur, de Andrew Keen. Un libro polémico en cuya portada hace referencia a cómo los blogs y otras herramientas 2.0 están destruyendo nuestra economía, cultura y valores. Puede estar curioso…
- Clear Blogging, de Bob Walsh. Tiene buena pinta y las críticas no le ponen nada mal. ¿Cambiamos el mundo con nuestros posts?
- Web 2.0 Blog, de Todd Stauffer. Un manualito, o más bien un tarugo que supongo que aporta poco que no sepamos, pero por tenerlo…
- The new rules of Marketing & PR, de Robert Scoble. Le tenía muchas ganas a este libro, la verdad.
- How wikipedia works, de Phoebe Ayers, Charles Matthews y Ben Yates. Qué ganas tenía de un libro sobre la Wikipedia. Y este es un señor tarugo… ¡Recién salido del horno!
- The business podcasting book, editado por Michael W. Geoghean. No tenía ningún libro sobre la «podcastfera» y este es absolutamente completo. Manual pero interesante
Y además de estos 8 tarugos un par de novelas, el Como Starbuck me salvó la vida, de Michael Gates y Estafadores de Matthew Klein, que se me va a poner la cara de doscerocerismo.
Ahora mi problema es, ¿de dónde saco tiempo para leerlos todos? Ains ¡Viva el libro!
(Edito: Los dichosos ataques de spam han conseguido lo que querían. Intentando huir de ellos me he cargado un montón de comentarios. Nacho, Julio y Santiago, lamento que se hayan borrado, pero vuestras palabras las recuerdo, que es lo importante)
¡Menuda colección! Lo malo, como tu dices es que despúes hay que sacar tiempo para leerlos.