Twitteando en la empresa

Que Twitter se ha convertido en el fenómeno doscerista del momento es indiscutible. Ya el pasado su crecimiento pareció desbordar en muchos momentos a los usuarios que debían soportar la cada vez más insufrible ballena, indicativo de la caída del servicio. Pero en estos últimos meses el volumen de usuarios únicos crece como la espuma (solamente el mes pasado obtuvo más de 9 millones de visitantes).

Como ya comentaba en un post anterior, los usuarios de Twitter han ido adecuando el servicio a sus necesidades. El inicial «¿Qué estás haciendo?» ha pasado a convertirse en múltiples conversaciones sobre todo lo imaginable y el servicio es usado para hacer amigos, ligar, pelearse con el mundo, luchar contra la estulticia o lanzar revoluciones.

Pero Twitter también comienza a ser usado por las empresas. Todavía hay cosas que mejorar, como el enlazar a las URL profundas en vez de llevar al usuario a la Home, en búsqueda de una oferta que es difícil ubicar y por supuesto muchas empresas olvidan que la conversación no es spam (eso en todo caso sería repetir el mismo esquema monocorde, aburrido y vacuo que se produce en las comunicaciones corporativas.

Por ello me parece muy interesante el proyecto de Marc Cortés creando un Registro de Marcas de Twitter. Es una buena forma de acceder a las experiencias twitteras de organizaciones de sectores muy variados. De observar y de aprender. Y de lanzarse a ello sin miedo. Twitter es una buena forma de estar en contacto con el entorno, de mostrar una cara distinta, más cercana y de probar con una herramienta de marketing de guerrilla sencilla y barata.

140 caracteres pueden ser muy pocos o un mundo cuando de comunicar se trata. Pero al igual que los blogs siguen peleando poco a poco por encontrar su hueco en los entornos corporativos el microblogging parece querer hacerse también su pequeño hueco…