Día triste para la comunicación

Escribía días atrás que estábamos de enhorabuena al encontrarnos un nuevo medio de comunicación con la salida al mercado de Público. Hoy es un día triste para los que disfrutamos con ella. Ha muerto Carlos Llamas. El que fuera director de Hora 25, la única tertulia radiofónica que soy capaz de soportar, el que mantuviera su voz cálida y mesurada por encima de todo, el periodista que dio ejemplo a todos con su pundonor al volverse a incorporar al micrófono, aunque su voz demostrara un cansancio infinito.

Hoy me emociono sólo de pensar en ese maestro que lo ha sido mio, en mis delirios radiofónicos, en tantas noches de tele apagada, dejándome mecer por la conversación que él dirigía de forma exquisita, pensando poder ser algún día tan grande como él.

Descansa en Paz. No te olvidaré.

No sólo de Internet hay que vivir

Además de la inmensa información recogida a través de Internet (Mi página de inicio-Netvibes es una muestra del frikismo por tener acceso a todo tipo de noticias), siempre he disfrutado leyendo el periódico. La aparición de la prensa gratuita no me ha llevado a dejar de disfrutar la prensa tradicional y procuro leer en papel al menos un periódico diario. Sin haber llegado a los cuarenta puedo recordar cabeceras que acabaron desapareciendo, pero que en su salida generaron grandes espectativas, como El Independiente o El Sol. Y también los años en los que además del clásico El País, en casa se leía y con fruición Diario 16, un periódico que disfruté hasta el último día, más allá de las veleidades finales y bandazos que acabó dando. Incluso recuerdo leer de pequeño muy a menudo el diario Ya, también desaparecido por la presión de otros grupos de comunicación.

Y hoy nace un nuevo periódico, Público, con un nombre más que interesante, por lo que de significado semántico en todas sus acepciones tiene. Lo he leído durante hora y media, fijándome en los contenidos, en la grafía, en la maquetación, en las infografías, en el uso del color, y la verdad es que los lectores de periódicos estamos de enhorabuena. Pretenden cubrir un hueco que yo también creo que existe desde hace mucho tiempo. El de lectores que no se sienten representados por los grandes diarios, y al menos en mi caso, en este primer número, lo han conseguido.

Un periódico diario es un reto difícil de mantener. Y más cuando cada vez optamos por usar la red para informarnos, pero desde este espacio centrado en los blogs, no puedo más que darles mi mayor apoyo. Y además no olvidan Internet ni la blogosfera

Maravillas

No doy ninguna importancia a los delirios de un absurdo millonario. ¡Ninguna!

Pero si tengo que elegir un rincón, un sitio en el que la ensoñación se convierta en verdad, si tengo que elegir una tierra, me quedaré con la mía, la Andalucía que me hace palpitar y esa Alhambra que me embruja cada vez que la visito.

Lo demás es Marketing, gloriosa técnica de la que vivo y a la que doy, sinceramente, una mínima importancia ante la inmensidad de lo real, mágico y autenticamente maravilloso…

No pudo ser

Por tercer año consecutivo nos hemos quedado a las puertas del triunfo. Nuestra Facultad lleva tres años siendo finalista del concurso de Microsoft Imagine Cup. Tres años en los que nuestros alumnos han demostrado que se puede estudiar y al mismo tiempo tener propuestas innovadoras y cercanas al ámbito empresarial. Ya el año pasado tuvimos 2 finalistas entre los cinco proyectos que pasaron a la última fase. Y este año hemos vuelto a las andadas. Con dos proyectos, uno orientado a la mejora del fracaso escolar y otro a la educación vial, nuestros chicos y los profes que se dejan los cuernos con ellos salían esta madrugada con toda la ilusión hacia Sevilla. Pero al final no ha sido posible traerse para la Ponti el ansiado premio.


Da igual, el mero hecho de estar ahí ya vale la pena y hace que nuevamente me sienta orgulloso y feliz de dedicarme a esta profesión, en la que hasta la desilusión por un pequeño fracaso se convierte en ilusión renovada por saber que la investigación tecnológica en nuestro país, y en mi Facultad en particular, no tiene freno.

Enhorabuena, chavales. ¡Para nosotros sois los campeones!

Errores peligrosos

La conversación que se produce entre nuestros públicos es algo que nos puede a llevar a perder el rumbo en conceptos tan importantes como la seguridad de los datos. Es cierto que a través de Internet todos podemos ser otras personas, tanto como mantener nuestra libertad de hacer click o no en una autorización a que nuestros datos puedan ser conocidos por terceros. Pero en algunas ocasiones este tipo de aspectos cobran mayor importancia.

La campaña de Rexona enfocada al público femenino adolescente, Novio de Entrenamiento, me parece un ejemplo excelente de integración de componentes de marketing muy actuales: hay un correcto uso de la tecnología multimedia y de los elementos de interactividad con el usuario (el juego de intentar ligar al guapo chaval no deja de ser ingenuo a la par que divertido), tiene el componente vírico que hoy es casi obligatorio en cualquier acción de marketing, está muy bien enfocado en el tipo de cliente al que se dirige, permite la creación de bases de datos de los clientes potenciales al mejorar la experiencia de navegación vía registro, nos remite a entornos colaborativos con otras marcas (Cola-Cao, Sony, Pascual, Alcampo…) y utiliza como elemento de cohesión de la comunidad un blog, que atendiendo a las entradas y sus comentarios va creciendo poco a poco.


Hasta aquí todo correcto. Pero cuando observamos la participación de los usuarios en el blog, podemos observar que muchos de ellos publican de forma ingenua su correo electrónico. Ver correos del estilo Carol_Suarez92@hotmail… disponibles para que cualquier desaprensivo pueda detectar no sólo nombre y apellidos sino intuir año de nacimiento, no parece demasiado correcto. Al abrir la conversación es necesario dar la libertad a nuestros clientes, pero no menos importante es mantener la seguridad y privacidad de sus datos. Y de forma especial cuando el tipo de cliente puede no ser consciente de lo que significa mostrar sus datos alegremente en un entrono público. Unilever acierta en buena medida, pero debería rectificar lo antes posible ese aspecto. Incluso la rectificación, de ser pública y a través del mismo blog, generaría mayor confianza entre sus clientes.

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