Entrevistado por SchoolMarket

Desde SchoolMarket, una interesante consultora especializada en Marketing Educativo, se pusieron en contacto conmigo y me invitaron a participar en una entrevista en la que mostrara mis puntos de vista sobre algunos aspectos de marketing aplicados al sector educativo. La reproduzco aquí ya que creo que es un sector que cada vez va a tener más claro que la vía de los social media puede abrir buenas oportunidades y en el que voy a enfocar buena parte de mi futuro profesional como consultor y formador:

– A los políticos se les suele llenar la boca con las inversiones en nuevas tecnologías ¿están los centros educativos españoles realmente “conectados”?

Durante los últimos años se han hecho bastantes avances en el aspecto tecnológico de los centros educativos. Poco a poco se ha ido dotando a los centros de redes de Internet, de espacios en los que los estudiantes puedan trabajar con tecnología e incluso la incorporación de redes wifi, pizarras digitales u ordenadores en el aula han generado bastantes expectativas durante bastante tiempo. De todas formas, al margen de planes más o menos acertados, creo que la encrucijada en estos momentos se encuentra en el campo de los docentes, en primer lugar y en los centros, en segundo.

Sin duda es necesario que las administraciones ayuden con la puesta en marcha de inversiones, pero hace falta que muchos centros educativos afronten una verdadera “reingeniería” de sus procesos docentes. Y eso tiene que ver, no solo con las inversiones en tecnología, sino con las formas de hacer las cosas. Como es normal las inversiones que hay que exigir a las administraciones son un factor muy importante, crítico si queremos. Pero no lo es menos el establecimiento y aceptación de una forma diferente de enseñar y de afrontar el aprendizaje de los alumnos. Y aquí es donde a España todavía le queda mucho camino por recorrer.

– Las redes sociales son un fenómeno social y comunicacional imparable ¿se las está sacando todo el partido desde el mundo de la educación?

Las nuevas herramientas que nos ofrece hoy Internet han roto barreras que hasta hace algunos años serían impensables. El propio concepto del uso de algunas redes sociales permite poner en valor aspectos como el aprendizaje informal, del que llevamos muchos años hablando, pero que casi quedaba reducido al uso de espacios “extra-muros” por un puñado de docentes motivados. Pero hoy mediante el uso de redes sociales todos los actores de la educación se encuentran con herramientas muy poderosas, fáciles de usar, aceptadas por la comunidad y usadas en gran medida y muy económicas, cuando no gratuitas.

Así, desde el cuerpo docente se puede usar aplicaciones como Twitter, Facebook o Edmodo para apoyar el proceso de aprendizaje fuera del aula, enganchando muy bien con el reto de nuestra sociedad de estar capacitados para formarnos a lo largo de toda la vida, no solo el tiempo que estemos realizando una determinada acción formativa o curso, sea reglado o no. Desde estas redes sociales hasta decenas de aplicaciones enfocadas a la educación, profesores y alumnos pueden establecer un entorno de aprendizaje diferente, más ágil y más cercano a la vida real. Con barreras de entrada muy bajas y con curvas de aprendizaje muy suaves.

Pero también debemos considerar la otra parte del sector educativo. La parte que tiene que ver con el mantenimiento de las estructuras del centro, ya sea en organizaciones con o sin ánimo de lucro: la necesidad de mejorar la relación con los públicos de interés, la obligación de afrontar un nuevo entorno de relaciones centro educativo-alumnos-familias, el objetivo irrenunciable de la captación de nuevos alumnos o la búsqueda permanente de la excelencia de la organización, pueden verse ayudados por las nuevas herramientas sociales de la web. Y tal vez sea en esa parte donde todavía las entidades educativas tienen todavía bastante por hacer.

“El hecho de ser ‘nativo digital’ no hace al usuario más formado ni más prudente”

– La educación está compuesta por el triángulo formado por profesores, alumnos y familias, en cuanto al uso de las nuevas tecnologías ¿qué forma tendría el triángulo?

Esta es una pregunta muy compleja, puesto que hay muchos factores que intervienen en ella y lógicamente no es lo mismo un colegio establecido en una zona rural que un centro de altas capacidades en un entorno económicamente favorecido. De todas formas, generalmente tendemos a pensar que los estudiantes son los usuarios intensivos de la tecnología y tras ellos van los profesores y finalmente sus familias. Como digo, esto no tiene por qué ser así. Los alumnos utilizan muchas veces las tecnologías pero sin ser conscientes de las capacidades que las mismas pueden llegar a tener. Para lo bueno y para lo malo. Y es misión de profesores, y de padres, no lo olvidemos, acompañarles en ese descubrimiento.

Por poner un ejemplo, cuando en España Tuenti, una de las redes más populares, y cada vez más usada por gente muy joven, sitúa sus normas de privacidad en determinada edad, es importante que padres y profesores lo conozcan. Y sepan cuál es la razón de ello. El hecho de ser “nativo digital” y conste que odio ese apelativo, no hace al usuario más formado ni más prudente, sólo más ágil e incluso eso podría ser matizable.

– Los centros educativos también están notando la crisis y son conscientes de que ahora tienen que apostar por el marketing ¿Cree que están preparados para hacerlo de un forma eficaz?

Un centro educativo es una organización que debe cumplir, entre otras muchas cosas, con unos objetivos de captación de alumnos. Sea público y privado. Tal vez estos objetivos resultan más acuciantes desde el sector privado, pero no pueden obviarse desde el público. Y menos en estos tiempos de crisis. Suele ser espinoso para muchos profesionales del sector educativo el afrontar que el marketing es tan necesario como la gestión de los recursos humanos o la contabilidad de la organización. Marketing no es crear necesidades, como tantas veces y de forma errónea se plantea. Marketing es el proceso de descubrir precisamente cuáles son las necesidades y como cubrirlas. Actuando desde el espacio de los deseos, pero también desde la atención a los públicos de interés. Y por supuesto apoyando a la parte más comercial del centro. Hace unos años el gran evento de marketing y comercial del sector era la feria AULA. Acudir a ella era casi una obligación, que generaba unos gastos inmensos para los centros que allí ponían un stand. Los que no se lo podían permitir trataban de solucionarlo centrándose en su entorno y en el desarrollo de su material promocional.

”El marketing es para el sector educativo tan necesario como la gestión de los recursos humanos o la contabilidad de la organización”

– ¿Y qué puede aportar internet y las redes sociales al marketing educativo?

Internet cambió el mundo del marketing. Y las redes sociales acabaron por empujar definitivamente los procesos de captación de alumnos a un nuevo nivel. En estos momentos miles de personas están buscando cursos de infinidad de temas en la red. Usando Google, aunque no solo. También preguntando por Twitter, o consultando a sus amigos en Facebook, o rebuscando entre sus contactos en LinkedIn. Y a esta realidad hay que dar respuesta por parte del sector. No es difícil, pero hay que hacerlo. Ya no vivimos en los comienzos de los 2000, en los que incluso no tener una web, o que ésta fuera muy poco profesional, no era problema. Hoy el tener una presencia en la red, que refleje perfectamente el alma de nuestra organización es ya un imperativo estratégico. Para todos los sectores. Y especialmente para el educativo. Eso si, hay que hacerlo siguiendo una estrategia. Preguntándonos previamente qué queremos hacer, por qué, cómo… Aplicando, en definitiva, los criterios que cualquier organización define para su crecimiento. Podemos hacerlo solos o acudiendo a ayuda externa. Pero debemos hacerlo.

– Usted asesora a empresas sobre crisis de reputación en las redes sociales y sobre su posicionamiento en la red ¿Qué aconsejaría a un centro educativo que se encuentre ante una crisis de reputación por una noticia negativa en internet o comentarios negativos en las redes sociales?

Siempre digo a mis clientes que lo más importante es, en primer lugar, escuchar. Curiosamente escuchar es uno de los factores mejor considerados por las personas. Es una actitud que se considera positiva siempre. Pero que a veces se olvida cuando pasamos a pensar como organización. Pero nadie diría que no es uno de los principales valores del ser humano. Bien, en Internet debemos escuchar. Y más hoy, que Internet, con todos sus problemas, se ha hecho más “humano”. La escucha nos permite saber qué se dice de nosotros. Y cuando practicamos la escucha podemos participar en la conversación. Por supuesto en la Red hay mucho ruido. Y es fácil encontrar personas que no estén dispuestas a conversar, sino tan solo a gritar, o peor aún, a insultar. Pero la escucha es la primera clave.

La segunda es la participación en la conversación. Para ello la asertividad es fundamental. No olvidemos que un entorno mediado puede generar fácilmente malos entendidos. Pero también la firmeza, tanto para defender los valores de la organización como, y esto es crítico, asumir los errores y pedir perdón por ellos. Al igual que las personas que escuchan son muy bien valoradas, las personas que saben pedir excusas cuando se equivocan son muy bien consideradas. No permitamos que las organizaciones se deshumanicen en ese aspecto, y muchísimo menos cuando el ámbito de su trabajo es tan sensible como el de la educación. Por supuesto el tema es mucho más complejo, y podríamos hablar de manuales de crisis, o de respuestas ante determinadas contingencias, pero nuevamente recalamos en las dos ideas fuerza: escuchar y conversar. Algo que en las redes sociales, aunque algunos puedan creer que no, es absolutamente posible y necesario.

– Por último, ha tenido ocasión de conocer en primera persona distintos sistemas educativos (Colombia, Malta, Eslovaquia) ¿Cuáles cree que son las principales fortalezas del sistema educativo español?

Tras haber tenido la posibilidad de conocer otros sistemas educativos fuera de España me gustaría ser optimista respecto a nuestro país. Creo que la principal fortaleza es la gran calidad de sus actores. Y en ello incluyo a los profesores y personal de administración de centros educativos así como a miles de estudiantes y padres preocupados por la educación. Nos preocupa la educación. Y mucho. Hablamos de ello permanentemente. Y queremos que sea mejor. No conozco a nadie en España que quiera que la educación no mejore. Y eso es ya, de por sí, una gran fortaleza.

Por otro lado, la diversidad que ofrece nuestro país, el gran salto cualitativo de nuestros docentes y profesionales en las últimas décadas, la mejora paulatina en las infraestructuras, la adaptación, lenta, pero sin pausa, a currículos internacionales en el espacio europeo, es otro de esos puntos que no valoramos en su justa medida, aunque cuando se sale de España, otros países admiran e incluso ponen en práctica.

-¿Y su principal debilidad?

Respecto a la debilidad mayor, creo que esta está en la excesiva politización de un bien común como es la educación. No voy a dudar de que el objetivo de los políticos, sean del signo que sean, es la mejora de la educación. Pero cuando uno observa que pocos profesionales de la educación son los que trabajan en sus políticas no deja de sentirse frustrado. Y esa frustración acaba haciéndose extensible a todo el sector, algo que me parece realmente preocupante.

Por supuesto, en segundo lugar entre las debilidades, aunque igualmente preocupante, situaría nuestras altas tasas de abandono y fracaso escolar. En buena medida producidos por currículos demasiado inflexibles, por problemas en la orientación de los estudiantes, por una escasa adaptación a nuevas formas de enseñanza y aprendizaje, por la ancestral preocupación por el título más que por el aprendizaje o incluso por no haber sabido poner en valor una de las profesiones más bellas y satisfactorias del mundo, la de docente.

Regreso a España…

Tras mucho tiempo con Infoconocimiento abandonado, desde el momento en que escribía feliz que nos marchábamos a Colombia, retomo este espacio de reflexión que sé que siempre está ahí, esperando para que me enfrente con el papel (virtual) en blanco y publique mis reflexiones. Han sido pocos meses pero absolutamente provechosos. Desde el mes de marzo he tenido la oportunidad de conocer a gente maravillosa en la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Desde sus estamentos administrativos hasta los fantásticos compañeros de la Facultad de Educación. Juntos hemos trabajado muy duramente y hemos puesto en marcha una Maestría en Educación que estoy convencido va a significar un hito en la formación de profesores de Bucaramanga, de Santander y de Colombia. Nunca podré estar más agradecido a una universidad que nos lo ha dado todo y que nos abrió sus puertas de par en par para poder desarrollar en ella nuestro trabajo. Seguro que seguiré colaborando con ellos, aunque tenga que ser desde una distancia que, cada vez más, resulta muy pequeña entre nuestros dos países.

Por determinadas circunstancias personales es momento de volver a hacer las maletas y regresar a España. Recordaba en mi último post que la situación española no llamaba precisamente a alegrías. De ahí que miles de jóvenes (y no tan jóvenes), formados, con muchas ganas de trabajar y desesperados, abandonen el país. Y en ese momento de desesperanza yo regreso a enfrentarme, nuevamente, a lo desconocido.

De todas formas siempre he sido optimista. Lo que en estos días parece ser un contrasentido. Sé que cuando uno quiere, acaba por conseguir lo que anhela. Algo en lo que me ha enseñado a creer una estupenda compañera de la Facultad es que las cosas no pasan porque sí. Que al final todos encontramos nuestro rumbo…

A partir de julio vuelvo a España. A intentar encontrar de nuevo un hueco en la selva que a veces parece que se ha convertido nuestro país. Volveré a desarrollar mi labor como formador independiente (me niego en rotundo a autodenominarme «emprendedor»), a continuar mi trabajo como investigador del Euro-Mediterranean University Institute, con la esperanza de conseguir la hasta ahora negada financiación necesaria para poner en marcha todos nuestros proyectos. Seguiré luchando por demostrar a la universidad española que puedo ocupar en ella un hueco. Y sobre todo regreso con la idea de que, pase lo que pase, la esperanza en que las cosas van a mejorar es algo a lo que no podemos renunciar.

Así pues, vuelvo a casa….

Abandonamos España… Destino a Bucaramanga, Colombia

Hace pocos meses, en septiembre de 2012, regresaba a España tras un periplo de año y medio en Malta. La situación económica de la Universidad Complutense de Madrid hacía inviable el proyecto del campus maltés del Instituto de Investigación que estaba coordinando y tenía encima de la mesa una posibilidad muy tangible para incorporarme como profesor a una universidad de nueva apertura. Durante unas semanas interminables esperé impaciente para que me confirmaran la fecha de comienzo de mis nuevas clases, para encontrarme, a finales de septiembre, con que la universidad en la que se suponía que iba a trabajar paralizaba el proceso de contratación de profesores. En apenas un mes me había quedado sin trabajo y sin ningún tipo de posibilidad de acceder de nuevo a la universidad.

Comencé el proceso de acreditación como Profesor Ayudante Doctor y Profesor Contratado Doctor, una pesadilla burocrática que supone una enorme cantidad de tiempo tan solo para lograr entregar toda la documentación. Acreditación que simplemente sirve para poder presentarte a una plaza de profesor en la universidad si milagrosamente se convoca y soñar con que esa plaza no tenga «nombre y apellidos». Finalmente, a comienzos de diciembre, dejé registrado un inmenso volumen que a fecha de hoy «está pendiente de evaluación».

Paralelamente, solicité una beca Juan de La Cierva. Una de esas becas de investigación postdoctoral que han sido recortadas, tanto en número como en dotación económica. Nuevamente el papeleo fue inmenso, aderezado esta vez con la «gracia» de tener que hacer un nuevo modelo de curriculum normalizado, no solo mío sino también el del responsable del equipo de investigación. Sin ninguna esperanza en conseguirla, a fecha de hoy «no se sabe nada».

En diciembre, ya desesperado por la situación, tuve conocimiento de que la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en Colombia, necesitaba un profesor que se adecuaba a mi perfil docente e investigador. Tras indagar acerca de esa ciudad y leer multitud de artículos positivos, tanto del entorno urbano como de la universidad, envié mi curriculum y una breve carta de presentación. Crucé los dedos y pensé «si hubiera suerte…»

Durante unas semanas he de reconocer que me olvidé por completo del tema, hasta que el pasado 11 de enero recibí un correo electrónico en el que se me comunicaba que mi curriculum resultaba interesante para el perfil al que había «aplicado». A partir de ahí el proceso ha sido rapidísimo: una entrevista con el decano de la facultad, el envío de las evidencias de lo reflejado en el curriculum (por correo electrónico), la realización de una batería de test psicotécnicos, una entrevista con una psicóloga y, finalmente, la exposición frente a parte del claustro de una disertación acerca de «La educación para la innovación y la innovación en la Educación», con su correspondiente discusión posterior a base de preguntas planteadas por los profesores asistentes (realizada por Skype). Y tras la deliberación y la ponderación de todas las pruebas, la resolución final: la UNAB me ha ofrecido la plaza de Profesor Titular en la Facultad de Educación.

El reto es impresionante: incorporarme a un grupo de investigación, poner en marcha un Master, impartir docencia sobre innovación y tecnología educativa… Con unas condiciones de trabajo excelentes. Que por si fuera poco se multiplican por dos, dado que mi mujer, también doctora y también profesora e investigadora, ha ganado una plaza similar en la Facultad de Artes y Comunicación, realizando un proceso parejo al mío.

Hoy hemos recibido los contratos firmados y toda la documentación para gestionar nuestros visados. Y es de esperar que a finales de la semana que viene estaremos volando a Colombia para empezar allí una nueva vida, con trabajo, con ilusión y con la satisfacción de saber que, si bien en España la situación es insostenible, en América se abren todas las vías posibles para desarrollarnos como académicos y como investigadores. Tras muchos años investigando, tratando de avanzar en nuestro campo, deseando poder compartirlo con nuestros alumnos y con la comunidad científica, es Colombia el país que nos abre los brazos y nos recibe con calidez. Para allá marchamos con toda la ilusión de los nuevos proyectos y todo el agradecimiento que se puede tener hacia aquellos que demuestran que te valoran y te estiman profesionalmente.

Mucha suerte a los que estáis en una situación dramática en España y recordad, el mundo es muy grande y hay muchos países en los que poder desarrollar vuestras carreras y vuestras vidas…

To MOOC…

Si ayer escribía acerca de las dudas que me asaltan cuando me enfrento a la realidad de los MOOC´s y dado que la única forma de conocer a fondo un tema es probándolo a fondo, a partir de marzo me embarco en la aventura de actuar como «dinamizador» de un curso sobre la Unión Europea que supone la primera incursión de CEPADE (Universidad Politécnica de Madrid) en este nuevo entorno.

Llevo impartiendo clases on line en CEPADE desde el año 2001 y me siento muy partícipe de uno de los proyectos de e-learning más importantes de la Educación Superior en España, que ha ido obteniendo grandes éxitos a lo largo de muchos años. Ahora nos lanzamos con una nueva experiencia. Un curso on line, totalmente gratuito, sobre los retos y las oportunidades que ofrece la Unión Europea. Abierto a cualquiera que tenga interés en aumentar sus conocimientos sobre Europa. Y de la mano de tres grandísimos profesores y amigos: Julián Pavón, Donato Fernández Navarrete y Santiago Herrero Villa.

El curso, pese a ser masivo, se dividirá en grupos de forma que no superen los 200 alumnos por grupo. Y lo más importante, el espacio de aprendizaje se conformará con la filosofía de una red social, en la que será clave y fundamental la posibilidad de interactuar, de mantener una conversación permanente con el equipo docente. Ahí es donde estará el grueso de mi trabajo: conseguir que la experiencia de aprendizaje sea completa. Que no sea tan solo un curso de autoaprendizaje. Que desarrolle el establecimiento de relaciones que puedan ir incluso más allá del plano virtual.

Todo un reto y toda una experiencia. Todavía hay plazas disponibles (aunque estamos cerca de cerrar las inscripciones) así que, si te interesa Europa y quieres aprender más sobre nuestro espacio común de convivencia, un espacio que sigue necesitándonos a todos, te animo a que te matricules. Ah y recuerda: el curso es gratuito…

To MOOC or not To MOOC

Llevamos más de un año preguntándonos acerca del recorrido que van a tener los MOOC´s y hablando sobre las ventajas que puede suponer para la educación la «democratización» de cursos impartidos por universidades, de forma gratuita y abiertos a todo aquel que tenga interés en realizarlos, más allá de la consecución de un título académico. La idea inicialmente es brillante: utilizando las capacidades que ofrece el e-learning, cualquiera puede matricularse en un curso, seguirlo a su ritmo y obtener resultados acordes a su esfuerzo e interés. La tecnología permite que en un curso se encuentren matriculados miles de alumnos, y que al mismo tiempo puedan seguir las enseñanzas de los contenidos de dichos cursos, algo que sería absolutamente impensable en la formación tradicional. A través de las plataformas MOOC es posible generar comunidades que refuercen el aprendizaje y los lazos entre los alumnos, independientemente de cual sea su procedencia. Y si esto se hace de forma gratuita el aprendizaje llegará a todo aquel que lo desee, sin necesidad de pagar costosas matrículas para acceder a las universidades de mayor prestigio en el mundo.

Todo un cambio que algunos están convencidos de que va a suponer un nuevo paradigma para la educación, reforzando el autoaprendizaje, las relaciones entre alumnos con objetivos comunes y «comoditizando» la educación, haciéndola más flexible y asequible. Todo con el refrendo de instituciones sagradas como Harvard, el MIT, Stanford etc…

Estoy absolutamente de acuerdo con que no hemos sido capaces de poner en valor el autoaprendizaje. Craso error. Corría el año 1997 cuando decidí que quería aprender todo lo posible sobre Marketing en Internet. En aquellos días el concepto e-learning no existía (o al menos no se manejaba tanto como ahora). Apenas había un puñado de sitios web en los que indagar acerca de ello. Muy pocos manuales. Cursos de formación prácticamente inexistentes. Pero existían los grupos de News, las listas de correo y algunos adelantados a su tiempo: Alain Jordà, con un incipiente «curso» que pasaba de mano en mano o Enrique de la Rica, cuyo «Marketing en Internet» llegué a aprenderme de memoria. Aprendí a base de leer lo que encontraba, de preguntar y compartir lo que iba conociendo en listas y grupos. Y de poner en práctica mi propio aprendizaje, «haciendo«. Nunca asistí a un curso reglado sobre Marketing en Internet, pero cuando a partir de 1999-2000 surgieron cientos de ellos estaba lo suficientemente preparado incluso para ser docente en bastantes de ellos. Sí, sin duda estoy convencido de que cuando una persona tiene interés en un tema es posible aprender de él fuera de los entornos más regulados.

Por ello esa vertiente de los MOOC´s la veo no solo útil, sino también necesaria. Están generando un movimiento que empuja a personas con cualquier tipo de interés a lanzarse a aprender. Y eso es lo más positivo.

Pero la «paquetización» que prometen estos sistemas, unido a la aparición de intereses comerciales, en la línea de cobros para obtener una «certificación» me hacen ser cauto con todo esto. Lógicamente el coste para una institución es elevado. O para cualquier profesor que se embarque en la aventura de tener miles de alumnos. Y además se le une la banalización que conlleva lo gratuito, de forma que asistimos a disparates. No creo que 180.000 personas matriculadas en un curso sirvan de mucho más que como reclamo para la matriculación de otros miles más por aquello del «esto tiene que ser bueno».

Sin renunciar a los avances que sigo pensando que los MOOC´s pueden ofrecer en la democratización del acceso a la educación y en la generación de nuevas comunidades de aprendizaje no dejo de pensar en este artículo Joshua Kim en el que pone el dedo en la llaga de algunos de los problemas que ofrecen estos sistemas. Tal vez sea bueno tenerlo presente antes de que las instituciones españolas, tan dadas a seguir alegremente cualquier tipo de tendencia «de moda», aunque sea años después, se lancen en una absurda carrera en la que prime la cantidad antes que la calidad y en la que el aprendizaje sea finalmente el que se vea afectado, de forma negativa. A continuación hago un breve resumen de las ideas que plantea Kim:

Preocupaciones sobre los MOOC´s:

1. La educación requiere diálogo. Los MOOC´s bien diseñados ofrecen información, prácticas y tareas. Pero una auténtica experiencia educativa exige diálogo y conversación.

2. El aprendizaje no es escalable. La experiencia de aprendizaje no se escala por la existencia de un mayor número de alumnos. Especialmente porque una gigantesca cifra de ellos afecta negativamente a las posibilidades de interacción.

3. La bajada de costes no debe suponer una caída en la inversión en educación. Y esto es aplicable a todos los actores del sistema. Universidades, profesores y también alumnos. El diálogo y las relaciones, claves en una buena formación, tienen un coste que no se minimiza precisamente con estos entornos.

4. Los MOOC´s incluyen costes de oportunidad. Generar un buen sistema no será barato. Y poner a trabajar en él a los mejores profesionales de la institución llevará a que estos tengan que dedicar un esfuerzo considerable que pueda afectar a su trabajo habitual.

5. Los MOOC´s han de estar alineados con la estrategia de la institución. Deben ser apoyados por toda la organización y no convertirse en un «experimento», en algo «de moda».

6. No deben ser considerados como un sistema para ahorrar costes. Especialmente por aquellas instituciones que consideren la posibilidad de «subcontratar» el servicio e incluso en derivar a sus alumnos hacia este tipo de cursos de otras organizaciones.

7. Es necesario ser cauteloso con las ofertas de construcción de MOOC´s que van a aparecer durante los próximos meses. Sin duda habrá proveedores excelentes, pero también muchos surgidos al calor de la nueva oportunidad. Y el reto de implantar un sistema de estas características requiere partners realmente preparados.

Cuestiones y dudas que seguro que muchos de los que trabajamos en el ámbito educativo tenemos en mente. De ahí que todo debate que sigamos manteniendo sea absolutamente necesario y útil…

El Juego, la Pasión, el Propósito…

Tony Wagner es un inspirador para cualquier docente que trabaje en entornos de innovación. En esta breve charla (subtitulada en español) en el TEDxNY dedicado a la educación vuelve a maravillarnos con su mensaje, sencillo, claro y al mismo tiempo absolutamente disruptivo.

Debemos reinventar la educación si queremos avanzar. La innovación es la clave y esta parece encontrarse fuera de la escuela. Al menos a tenor de como algunos de los más grandes innovadores (aquellos que han tenido un mayor éxito empresarial) han acabado abandonando la universidad.

El debate sobre la innovación en la educación no puede parar. Y no solamente sobre las TIC aplicadas a los procesos educativos. La innovación en la educación va mucho más allá.

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