New York, New York

Se acabo Nueva Orleans y comienza Nueva York. Y si la ciudad de la musica me ha embrujado como ninguna hasta ahora lo habia hecho, la capital del mundo no deja de asombrarme. Por el sentimiento de «deja vu» de lo ya conocido, por sus inmensos edificios. Por lo «fashion» de las gentes que encuentras en cada rincon, contraponiendose al chungo mas chungo tirado en una esquina.

Un fantastico hotel, en la calle 44, pegadito a la Quinta Avenida, una cena a las 12 de la noche con un excelente vino de California, de los que hacen temblar al viejo continente por su esquisitez, y por fin, el dia. En unos minutos, comienzan las compras. Imagino que como los miles de compatriotas que venimos en manada a esta Manzana inmensa. Y que mejor que comenzar pasando el dia en Strand Books: una tonelada de libros nos esperan…

Siento que me falta Nueva Orleans, su tiempo veraniego (aqui esta lloviznando), su musica permanente, el buen rollo que aparece por todos lados, pero Nueva York es el pelotazo de energia, de vida, de mundo: Capital del Mundo… comenzamos!!!!

Desde Nueva Orleans

Por fin tengo unos minutos y puedo postear algo. Llego el dia y finalmente cambie de estado civil, es decir, pase a engrosar el mundo de los casados. Fue el pasado sabado y la verdad es que todo salio a pedir de boca. Conseguimos huir de la horterada en la que suele convertirse cualquier boda, mantuvimos nuestra intencion de que la musica fuera diferente (si, hubo Metal, por supuesto) y conseguimos sobrevivir el tiempo suficiente como para a las 9 del dia siguiente estar en Barajas dispuestos a volar a nuestro viaje de «Honeymoon».

El destino elegido no era otro que Nueva Orleans, en su primera parada. Mi mujer (ummm, cuesta acostumbrarse a esa palabra 🙂 es tan fanatica del Jazz como yo del Heavy Metal, y no podiamos concebir otro viaje. Con miedo, logicamente, dada la cercania del huracan Gustav. Tanto que incluso nos llegamos a plantear cambiar de destino. Menos mal que no lo hicimos!!!

No conozco tanto mundo como para decir que Nueva Orleans es la mejor ciudad del planeta, pero desde luego si que lo es de todas las que he estado. Que maravilla de arquitectura, que fantastico French Quarter o barrio frances, que gozada de habitantes, donde el eslogan es «Be nice or leave!» y que genial es poder escuchar musica por todos y cada uno de sus rincones.

Ya podian aprender muchos de nuestros politicastros, esos que se dedican a prohibir la musica en vivo, de esta ciudad en la que decenas de grupos tocan en cada rincon, en cada bar, unicamente por el «tip» o propina, gentilmente dada por la audiencia, que, tras escuchar el concierto, decide si quiere comprar un disco del artista vendido in situ.

Increible la cantidad de galerias de arte, las decenas de tiendas en las que perderse curioseando los articulos mas insospechados, y deliciosa la comida Cajun, amalgama de sabores criollos mezclados con las tradiciones del sur de Estados Unidos.

Obama es el rey. Por todos lados se ven camisetas dandole su apoyo. Y es que el recuerdo de Katrina permanece imborrable, y el abandono que la administracion Bush hizo de un pueblo que, una vez conocido se comprende aun menos.

Y el tiempo, el tan temido tiempo que nos asustaba y que finalmente nos ha respetado. Con calor, sol, y humedad justa. Algo asi como el clima de Valencia a finales de agosto. Era casi imposible pedir mas y lo hemos conseguido.

Estas son nada mas las primeras impresiones. Escritas a falta de tildes y de nuestra querida letra representativa, pero sentia que hacia falta hacerlo. Nos queda menos de un dia para abandonar esta ciudad rumbo a la Gran Manzana, pero si de algo estamos convencidos es de que volveremos, muy pronto…