Este mes estoy disfrutando de vacaciones en Estados Unidos, en Berkeley, muy cerquita de San Francisco, de forma que Infoconocimiento se toma unas breves vacaciones.
Durante todo el mes estaré contando lo que vivo en California en el blog de apoyo a mi candidatura del año sabático en La Rioja. ¡Allí os espero!
No del Mundial, ese evento que nos ha vuelto locos y que ha cambiado la cara de nuestro país. Sino del concurso del que hablaba hace unos días. Hoy se han publicado los nombres de las 15 personas que intentaremos conseguir ganar un año sabático en La Rioja. Para ello es previsible que debamos contar con los apoyos de amigos y conocidos. Algo que convierte en un tesoro los contactos que uno tiene en sus redes sociales.
Desde mi punto de vista, esta parte del concurso se convierte en un nuevo reto. Tras los últimos años he ido generando un enorme número de contactos a través de las distintas redes sociales. Desde Twitter, mi espacio de comunicación favorito hasta las redes verticales como XING o LinkedIn, pasando por MySpace o el ubícuo Facebook, y sin olvidar los distintos blogs en los que escribo, comenzando por este, muchas son las pesonas con las que interactúo de forma virtual. Es decir, dentro de pocos días mi candidatura se convierte en cierto sentido en un «producto» que tendré que administrar correctamente desde el punto de vista de los Social Media.
Será interesante ver hasta qué punto puedo manejar mi influencia a través de las redes. Y cómo mi identidad digital y mi marca personal pueda influir en los resultados en la votación del concurso. Esa es la meta que he de marcarme, puesto que la decisión final será tomada por parte de la organización del concurso.
Un ejercicio de trabajo en medios sociales y una idea en mi cabeza. Ser capaz de no agobiar ni agotar a los que me seguís, por cualquiera de los medios posibles. ¿Lo conseguiré? Espero que si. Pero también espero no cruzar la delicada línea que separa de una acción en medios sociales de un bombardeo inmisericorde de autopromoción.
Así pues, si en el camino que se abre ante mí en pocos días véis que estoy a punto de franquear el límite, paradme los pies. Ya que, a la postre, en cualquier campaña de Social Media lo importante siempre es la mesura que ayude a alcanzar los objetivos, no el objetivo per se.
Ah, recuerdo que mi blog para el concurso es este, donde iré publicando toda la actualidad sobre el proyecto en el que me quiero embarcar en La Rioja
En 1776 se firmó uno de los Documentos claves para la Historia de la Humanidad, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América. El documento, tan influenciador como pervertido a lo largo de los años, sigue hoy siendo un canto a la Libertad.
En este aniversario de aquel día, os recomiendo que veáis el vídeo. Algunas de sus partes siguen siendo hoy aspectos que cualquier persona amante de la libertad no debería olvidar.
Hace varias semanas se puso en marcha una campaña de promoción diferente a lo que estamos acostumbrados. La Consejería de Turismo de La Rioja lanzaba la iniciativa Un año sabático en La Rioja, un interesante giro a las campañas promocionales que las comunidades autónomas llevan a cabo para generar una mayor visibilidad de sus territorios. En este caso, la campaña se centra en un «concurso» tras el cual, el ganador podrá disfrutar de un año en La Rioja, con los gastos pagados, viviendo en distintas zonas de la comunidad y actuando como «evangelizador» de las bondades de la tierra.
La Rioja ha comprendido que en estos momentos el Turismo de Experiencia es la vía fundamental para atraer visitantes. Ante una enorme oferta, el planteamiento es claro: ven y disfruta una forma de vivir distinta, sosegada, en la que los tiempos, los paisajes y las gentes son tanto o más importantes que el producto por el que tradicionalmente se conoce la comunidad autónoma, su vino, reconocido mundialmente.
Pero lo que resulta más atractivo de la campaña es la estrategia multicanal en la que se enmarca. Son los participantes los que se inscriben e interactúan a través de los distintos entornos colaborativos y conversacionales. La campaña tiene su respaldo en Facebook, con decenas de comentarios (y respuestas) en su muro, en Twitter, donde siguen a más personas de las que les siguen, algo novedoso en el caso de las cuentas promocionales-de organizaciones, así como en Flickr y YouTube.
Tras la primera fase en la que cientos de personas se registraron, el proceso continua con entrevistas personales con los distintos candidatos para llegar a una gran final en la que uno de ellos obtendrá la consecución de un premio tan interesante como bien planteado. El ganador no sólo disfrutará del año sabático, sino que también podrá realizar un proyecto «vital» durante ese año, actuando también como una persona clave para la promoción del Turismo de La Rioja. Las votaciones de los usuarios serán una parte importante para la decisión de la persona finalmente agraciada con el premio, de forma que la participación sigue siendo clave y la estrategia de juego y colaboración no se pierda en ningún momento.
Centrado en la persona, usando herramientas colaborativas, integrando los entornos 2.0 con los canales tradicionales, la campaña, aun lejos de terminar con el nombramiento del ganador ya ha sido un éxito y vuelve a mostrar que, cuando la estrategia es clara y bien enfocada, la aplicación de la Web Social puede generar un gran impacto en la comunicación y el marketing.
(Yo participo en el concurso y mi explicación de motivos así como mi visión como participante puede encontrarse aquí)
Hacía mucho que no publicaba una presentación de esas que te hacen reflexionar. Y esta de Jordi Jubani me ha parecido impresionante por su sencillez y la claridad de las ideas que en ella se muestra.
Ya he hablado alguna vez del Trollismo 2.0, esas actitudes terroristas llevadas a cabo en la mayoría de las ocasiones por parte de niñatos aburridos, que han encontrado en la Web Social una forma de canalizar el pensamiento único que escapa de su única neurona. La Web se va poblando cada vez más de comentarios agresivos, xenófobos e insultantes planteados por grupúsculos de usuarios que, al calor de la supuesta libertad de decir (y hacer) lo que les apetezca, vierten por doquier.
Foros, periódicos digitales, blogs, redes sociales y ahora también Twitter, la red que hasta hace poco parecía librarse de estos vándalos. Cuando analizamos la demografía de Twitter y los perfiles de sus usuarios encontramos que, al menos en España, es especialmente usada por profesionales que han encontrado un espacio de colaboración y conversación rápido, ágil y que cubre los más variados intereses. Así, nos servimos de Twitter profesores, consultores, expertos en Social Media y también profesionales de cualquier sector, atraídos por las enormes posibilidades relacionales que ofrece una herramienta que pasó del «qué estás haciendo» al uso personalizado por parte de cada usuario.
Twitter falla muchas veces. Cualquier usuario lo sabe. La famosa «ballena»aparece en demasiadas ocasiones. Y buena parte de los mensajes allí publicados son absolutamente vacuos o inconsistentes. Y tal vez en eso radica su gracia. En acceder a un Time Line en el que las personas a las que siguen están desgranando poco a poco fragmentos de su existencia. Y hasta ahora esas reglas servían, para la diversión, para la conversación, para el aprendizaje y para la denuncia.
Pero he aquí que los trolls han decidido colonizar el último espacio que les quedaba. Los últimos hechos sucedidos en relación a Marcelino Madrigal así lo atestiguan. Tras encontrarse de nuevo con su cuenta cerrada, es fácil observar que ese cierre ha sido inducido por avisos de «spam» a Twitter por parte de un grupo de adolescentes descerebrados cuya única misión en la vida parece ser poder obtener su pequeño momento de gloria. La gloria del niñato matón y macarra. El aplauso palmero del baboso que sueña con ser grande y observa que simplemente es una cucaracha bailando al son de las ratas.
No enlazaré a esos elementos. No lo haré por no darles más publicidad de la necesaria. Sigo creyendo en la máxima «Don´t feed the troll«. Pero aun así creo que hemos de tomar medidas. Todos. Twitter y los usuarios que lo han hecho crecer como espacio de libertad, más allá de convertirse en un nuevo espacio colonizado por estos primates aporreadores de teclas. O lo hacemos o en poco tiempo no será Marcelino Madrigal el que haya desaparecido de la red, ni la lucha contra la pornografía infantil silenciada, sino que mañana te tocará a ti.