And the winner is…

D. Fernando Galván, candidato elegido por los votos de 3.478 personas del total de 24.000 posibles votantes en la Universidad de Alcalá…

Uno se plantea muchas cosas, más allá del resultado y la persona elegida para guiar los destinos de la centenaria Complutense. Y desde luego la primera de ellas tiene que ver con la forma de entender la Democracia de nuestra comunidad universitaria. Especialmente en el ámbito de los estudiantes, los que permanentemente dicen que la Universidad debe darles la voz por tratarse ellos del grupo más numeroso e importante.

Algo ha de pasar en nuestra sociedad, de la que es reflejo la Universidad (o tal vez sea al contrario), cuando tan solo un 25 % del total de los electores decide participar, al menos con su voto, en la elección de la persona que va a ocupar la máxima responsabilidad académica y de gestión, en una organización, la universitaria, que día a día pierde prestigio.

Leemos con frecuencia informes de la baja calidad de las universidades españolas y solemos echar la culpa a los presupuestos, a la endogamia, a la vida acomodaticia de muchos. Pero tal vez sea momento de quitar las máscaras y decir alto y claro que ese modelo de elección de sus gestores, en unas entidades que pagamos todos, no tiene sentido.

La Ley Orgánica de Universidades sancionó un modelo basado en la democracia absoluta con un supuesto sufragio universal. Pero con estos datos (que no son atípicos en las universidades públicas españolas) deberíamos replantear las cosas. O eso, o seguir manteniendo eternamente un mastodóntico enfermo terminal subvencionado y ajeno totalmente a realidades de participación democrática.

Enhorabuena, Dr. Galván. El 14,50 % de los electores de la Universidad de Alcalá le han convertido en Rector. Mucha suerte…

4 de marzo de 2010, Elecciones en la Universidad de Alcalá

Mañana es el día. El momento en el que toda la comunidad universitaria de la Universidad de Alcalá acude a las urnas para elegir al Rector que guiará sus pasos los próximos cuatro años.

Tras una campaña dura, difícil, plagada de problemas y de discusiones, quedan las ideas, los programas, los candidatos y el futuro. Un futuro que debe llevar a la Universidad de Alcalá a convertirse en una de las mejores universidades públicas del mundo.

Por ello es necesario votar. Masivamente. Acudir a las urnas para participar en plenitud del espíritu de ser universitario. Votar en conciencia, en libertad y con el sueño cercano de hacer una Universidad diferente, cercana, competitiva, simplemente mejor.

No os quedéis callados. La Universidad de Alcalá necesita vuestro voto…

Un post distinto, un hombre diferente

Infoconocimiento es un espacio de expresión creado hace ya mucho tiempo en el que hablo de aspectos relacionados con la Web Social, con la Universidad y con todo lo que tiene que ver con mis intereses profesionales. Algunas veces me he posicionado claramente ante problemas políticos o sociales, pero creo que nunca había escrito un post de estas características, es decir, mostrando sin ambages mi opción ante una determinada vía política.

Dentro de unos días se celebran elecciones en la Universidad de Alcalá, mi alma mater, de la cual me siento tan orgulloso como el día lejano de 1992 en que terminé la carrera. Allí me formé, conocí grandes amigos, aprendí que un historiador podía usar un ordenador y comencé mi carrera profesional. El mismo año que terminé mis estudios, cuando apenas habían pasado unos pocos meses, el profesor de Historia Económica, entonces Director del Centro de Estudios Norteaméricamos, José Morilla Critz, me ofreció participar en un proyecto de investigación y en la docencia universitaria. Algo que nunca pensé que sería mi pasión, el camino que acabaría siguiendo mi vida.

Eran años en los que yo peleaba con Manuel Gala, el viejo Rector que convirtió a la Universidad de Alcalá en una universidad de nuevo. Desde mi puesto de Presidente del Consejo de Estudiantes discutía con D. Manuel (o Manolo, para todos nosotros) sobre los cambios que se acercaban a la Universidad. Eran los momentos en los que aparecía la estructura de créditos, los años en los que los Masters comenzaban a ser acogidos por los centros universitarios y la época en la que algunos profesores como Pepe Morilla nos machacaban de forma inmisericorde con la necesidad de innovar y de internacionalizarnos para conseguir la excelencia. Y era un momento de crisis. Muy parecida a la actual. En la que parecía que hacer las cosas de forma diferente no tenía sentido, sino que el objetivo era tan sólo conseguir nadar y salvar la ropa.

Años de conversaciones con Pepe Morilla, años que fueron templando mis ideas. Años en los que, entre otras cosas, descubrimos que aquella cosa llamada Internet que nos exigían nuestros alumnos norteamericanos podía ser el futuro. Y conversaciones eternas acerca de lo que Pepe pensaba que debía ser la universidad del futuro. Años en los que aprendí el significado de la palabra lealtad unida a la palabra compromiso. Años que cuando aparecen frente a mí me reflejan exactamente tal como soy hoy.

Pepe se presentó a Rector hace unos años. Nadie daba un duro por su candidatura y tuvo que lidiar con uno de los peores dramas que una persona puede hacer frente en su vida. Aciagas fechas que, pese a todo, no le arredraron. Siendo consciente de que batallaba contra molinos de viento, optimista y sin dejar de soñar con la renovación de una pequeña universidad pública sumida, nuevamente, en la salida de una crisis. Perdió él y nunca he dejado de pensar que perdió la Universidad de Alcalá. Pero entonces yo no era docente universitario y no me sentía capacitado para poder decir en público que la elección era equivocada.

Hoy las cosas son distintas. Tras muchos años en la Universidad de Alcalá, Pepe Morilla vuelve a presentarse como candidato a Rector. Como siempre ha hecho las cosas. Sin gritos, llanamente y dispuesto a hablar de todo desde la tolerancia pero sin ceder ante una idea clara: la universidad pública española ha de cambiar. La universidad pública no puede seguir estancada. Es necesario avanzar para adaptarse a los nuevos tiempos. Yo sinceramente creo que Pepe Morilla es la mejor opción. Es la persona que puede devolver a la Universidad de Alcalá a la senda de la que nunca debió alejarse.

No puedo votar en esas elecciones. Tuve que marcharme de la casa que amaba tras estrellarme una y otra vez contra el inmovilismo de una casta que prefería mirarse su ombligo, ajeno a la realidad. No votaré, pero seguiré el proceso con la misma ilusión que cuando me sentía parte de la organización que hizo de mí lo que hoy soy. Y a cualquier persona que me pregunte le diré, «Mira a Pepe a los ojos, habla un rato con él y seguro que observarás la universidad pública que debería tener nuestro país»…

Una reflexión a tener en cuenta

En estos días en los que los debates sobre el futuro de la Universidad parecen encontrarse en posiciones encarnizadas y poco tolerantes he disfrutado de lo lindo con esta entrevista a Antonio Alvar, compañero y maestro de mis tiempos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UAH. La reproduzco en su totalidad ya que su postura me parece una de las más claras que he leído desde el mundo de las humanidades en los últimos tiempos:

La huelga estudiantil y los disturbios se han convertido en marca registrada de la crítica anti-Bolonia, pero también está en la trinchera un grupo de docentes escépticos con la reforma que alza su voz frente a la política de hechos consumados. Antonio Alvar, catedrático de Filología Clásica de la Universidad de Alcalá, es uno de ellos.

Pregunta.- ¿En qué argumentos basa su crítica al Proceso de Bolonia?

Respuesta.- Considero que es necesario reformar la Universidad española, pero creo que el Proceso de Bolonia no es la transformación que necesitaba. Es inoportuna e incide en la reforma de las licenciaturas, cuando lo que urgía reformar es todo lo relacionado con la investigación, los posgrados y con la formación continua. Si lo que se quería era fomentar la movilidad de los estudiantes, hubiera bastado con que los técnicos de los distintos ministerios de Educación establecieran tablas de equivalencias. Pero es que, además, en España hemos optado por un modelo con cuatro años de grado y uno de máster en lugar del 3+2 que han escogido los países de nuestro entorno a los que deberíamos aproximarnos. Por otra parte, se ha olvidado un punto del Proceso de Bolonia sobre la necesidad de incrementar la financiación y no es serio plantear una reforma así a coste cero.

P.- Se dice que el nuevo sistema garantiza un mayor éxito académico.

R.-Las experiencias piloto nos dicen que exige muchísima más carga para el profesor, pero los resultados académicos no son sustancialmente mejores. Nos tememos que dentro de unos años tendremos que hacer la reforma de la reforma.

P.- ¿Está de acuerdo con los estudiantes en que ha faltado debate?

R.- Ha habido poquísimo debate para ser la reforma más profunda de la Universidad desde el siglo XIX. Se ha impuesto, y se acabó. Desde el principio se dio como un hecho consumado, y puede que no hubiera otra salida, pero se han echado en falta unos parámetros mínimamente racionales y objetivos claros.

P.- ¿Qué le parece que se haga tanto enfasis en la adquisición de competencias y destrezas para aumentar las salidas de los titulados?

R.- Eso es un desastre. La obligación de la Universidad no es formar profesionales, porque las profesiones varían con los años, sino gente capacitada para resolver problemas abstractos y con hábito de trabajo intelectual. ¿No será mejor que formemos intelectuales que después puedan hacer un curso en una empresa o en la Universidad para capacitarse para una actividad en tres o seis meses? También se vende ahora que la Universidad debe dar lo que demanda la sociedad, en referencia a lo que demandan los empleadores como si ésa fuera la única sociedad. También hay una demanda no atendida de conocimiento.

P.- ¿Está de acuerdo en que Bolonia pretende una mercantilización?

R.- Bolonia debería haber servido para vincular más a la Universidad con la empresa, pero a través de la investigación y la formación continua, no de los grados. Los estudiantes yerran si creen que el contacto de ambas partes es siempre un error.

P.- Varios referendos de estudiantes han pedido mayoritariamente la paralización de la convergencia. ¿Cree que eso es positivo o posible?

R.- La actuación de los alumnos ha sido tardía. Si esto hubiera ocurrido hace tres o cuatro años, quizás habríamos podido actuar de otra manera. El problema ha sido que la convergencia ha estado en manos de un Gobierno de izquierdas con el que rectores y sindicatos estudiantiles han sido absolutamente contemporizadores, por razones políticas e ideológicas. Precisamente, las huelgas actuales no están lideradas por los sindicatos de estudiantes tradicionales, sino por otros colectivos independientes que observan y denuncian buena parte de los puntos oscuros que tiene esta reforma.

P.- ¿Por ejemplo?

R.- Sobre todo, un excesivo paternalismo que ya se ha aplicado en la secundaria con estrepitoso fracaso. El profesor debe ser el tutor y el papá del alumno. Es ridículo y paternalista.

Fuente:  El Mundo, 25 de Marzo de 2009. Enlace

¿Necesitamos seguir debatiendo, podemos incorporar cambios o ya no hay tiempo para ello?

Curso sobre la Web Social

La semana que viene se llevará a cabo en Madrid un curso que creo que puede ser muy interesante y por el que me gustaría pasar. Tendrá que ser por la tarde, ya que la mañana la tengo ocupada con clases, pero a partir de las 15:30 será interesante ir a ver a Enrique Dans, Tíscar Lara y Antonio Fumero, entre otros.

Me da rabia perderme la sesión de Empresa 2.0 pero le lloraré a los organizadores para ver si consigo al menos las presentaciones. Da gusto que la Universidad apoye estas acciones. Desde Blogocosa no podemos ser menos… ¡a completar el auditorio!

1 2