Cuando la Web 2.0 se convierte en algo tangible

Este fin de semana he podido apreciar de primera mano como hay negocios que son capaces de dar el salto de la Comunicación 2.0 a la realidad tangible y generadora de beneficios. Que el sector de la hostelería está acogiendo correcta y positivamente las nuevas formas de presencia en Internet es algo que ya no sorprende. Pero siempre es agradable poder observar «in situ» si lo prometido se convierte en realidad.

Llevo algún tiempo revisando la estrategia del Hotel La Salve, un establecimiento situado en Torrijos, con una web que lo hace lo suficientemente atractivo como para intentar hacer una escapada de al menos un día. Al margen de sus servicios, ofrecidos en paquetes que incluyen Spá privado o sesiones de masajes de todo tipo posible, me sorprendía que una parte importante de su web está enfocada a mostrar su presencia en la Web Social. Ofertas especiales para los fans de Facebook, un blog algo desactualizado (casi sustituido por la inmediatez que ofrece la red social), cuenta en Twitter, presencia en Tuenti y por supuesto en todos los portales en los que es factible criticar los establecimientos hoteleros…

Pero no hay como acudir a una empresa que se crea lo que está haciendo y salir plenamente satisfecho tras observar que la verdad de la Web 2.0 puede tener su trasfondo en un pequeño pero ágil negocio. En el que su director te acoge desde el primer minuto, en el que el maitre te lleva al Nirvana del conocimiento de vinos, carnes o postres, en el que puedes navegar gratuitamente desde cualquier rincón del establecimiento si has sido tan enfermo como para no dejarte la máquina en casa. En el que incluso puedes hacerlo desde el propio receptor que tienes en la habitación. Donde por el hecho de conocer e interactuar una vez en su web saben quién eres, han investigado para que todo sea perfecto y se adelantan a tus deseos… ¿Acaso eso no era lo que prometía el marketing?

En tiempos en los que el doscerismo parece ser el meme de moda y en los que nos preguntamos hasta qué punto muchas de esas iniciativas podrán llegar a un final lógico, da gusto perderse en un rincón de realidad y de placeres que no olvida que es posible hacer las cosas de forma diferente dentro y fuera de la Web…

Microsoft es responsable de pederastia…

… y Google, y el resto de redes sociales que miran hacia otro lado mientras esto sigue produciéndose.

Pongamos unos breves ejemplos que nos permitan entender mejor la certeza de esta afirmación:

Imaginemos una guardería a la que diariamente acuden unos pederastas y se dedican a fotografiar desnudos a los niños, a masturbarse delante de ellos e incluso a intentar convencerlos con frecuencia de tomar parte en actos sexuales. ¿Serían sólo los pedófilos los culpables, o en cuanto se supiera esa guardería quedaría cerrada de por vida y sus dueños serían procesados por colaboración?

Pensemos en una discoteca «light» en la que todos los domingos aparecieran adultos que se dedicaran a forzar a los chavales menores de edad a posar ante la cámara y en la que se dieran cita para intercambiarse direcciones en las que poder acceder a «más material». ¿En cuanto saliera a la luz esa situación seguiría esa discoteca abierta y sus gestores no tendrían que pasar por los tribunales?

Pongámonos en el caso de que en mis clases de la Facultad mis alumnos se dedicaran a intercambiar contenidos de porno con niños. Yo lo sabría pero mi objetivo es dar clase, así que como tengo muchos alumnos me dedicaría a los que no hacen ese tipo de prácticas. ¿Cuándo se conociera no debería asumir mis responsabilidades? ¿La Universidad sería inocente al no «tomar partido» en ese cambalache?

Podemos seguir poniendo ejemplos de la vida real pero creo que no merece la pena. Todos estamos de acuerdo en que la responsabilidad es algo que no permite delegación y mucho menos esconder la cabeza. En el mundo off line, ese en el que incluso en países tan preocupados por la libertad como los Estados Unidos los pederastas aparecen publicamente en bases de datos en las cuáles es posible saber absolutamente todo de ellos.

Pero he aquí que Internet es otra cosa. Los grandes proveedores de redes sociales se escudan en los costes del control, en ficticios reglamentos y en políticas intrincadas que permiten mantener contenidos delictivos alegremente disponibles para cualquiera que quiera quitarse la venda de los ojos.

La siguiente serie de vídeos ha sido publicada por Marcelino Madrigal, al cual algunos tachan de alarmista. Si no los has visto, prepárate a sentir el asco y la repugnancia. Pero no los pares hasta el final:

Parte I

Parte II

Parte III

Parte IV

¿Todavía es posible decir que Microsoft no son responsables de delitos de pederastia? ¿Todavía Microsoft puede mantener su inocencia ante la colaboración con estos delincuentes?

Pero no pienses que sólo es Microsoft el culpable. Ese Google que tanto amamos y con el que se nos llena la boca de bondades, ese que dice que no filtra la información (salvo cuando se trata de China) y que censura un culo en YouTube, pero que no tiene perjuicio en hacer disponibles enlaces como estos en su «fantástica» base de datos… (si tienes estómago te aconsejo que no los visites). Y Facebook, y Tuenti, y Hi5, y tantas otras redes que siguen sorteando el problema sin que se les acuse formalmente de ser cooperadores necesarios. Responsables últimos de un delito que deberían pagar tanto como los propios pederastas.

La Unión Europea se preocupa por poder cortar la conexión sin intervención judicial a aquel que descargue contenidos protegidos por los derechos de autor. Tal vez deban pensar que este material y que los últimos responsables de la pornografía infantil en Internet son lícitos. ¿Acaso no podemos decir que también tienen su parte de responsabilidad? Es fácil pedir que se denuncie. Es sencillo clamar para que esto se conozca. Pero mientras no llamemos a las cosas por su nombre y no pongamos sobre la mesa a los últimos culpables, la pornografía infantil continuará viviendo su época de esplendor.

¿Es esta la Web que queremos…?

Porno con menores

A lo mejor has caído aquí por casualidad. O tal vez atraído por el jugoso título de este post. Si tan sólo eres un curioso te darás pronto cuenta de que cada vez somos más los que nos preocupamos porque la pornografía en Internet sea pronto un lamentable recuerdo, algo que acabe finalmente siendo controlado por las autoridades, las empresas responsables y los propios usuarios.

Si por el contrario has venido aquí atraído por el deseo de acceder a contenidos pornográficos con niños, solo me queda esperar que pronto acabes siendo atrapado en una de esas redadas que cada vez son más frecuentes y que terminarán con todos los pederastas en la cárcel, pudriéndote con tus repugnantes deseos.

Finalmente, si has recaído en esta casa porque has tenido la mala suerte de vivir una experiencia relacionada en primera persona con ese delito, solo puedo animarte a que denuncies, a que pidas ayuda. Se que es difícil, pero no imposible. Entre todos tenemos que parar ese cáncer.

Ayer, hoy, mañana y siempre… NO A LA PORNOGRAFIA INFANTIL EN INTERNET (Ni en nigún otro sitio)

EBE, una visión distinta

No fui al EBE. Simplemente no me interesan este tipo de eventos y prefiero dedicar mi tiempo a otro tipo de congresos. Pero valoro el ruido mediático que se genera durante semanas y en estos días no he parado de leer mensajes en Twitter sobre lo maravilloso que estaba siendo todo. A toro pasado, empiezo a leer posts más pausados que inciden en que el EBE es poco menos que el cielo de la Web 2.0 en nuestro país. Hasta ahora apenas he visto críticas. Por ello me atrevo a publicar una opinión llegada a mi correo electrónico y escrita por una persona cuyo nombre no voy a desvelar.

No trato de hacer una crítica a un evento que seguro fue interesante para muchos, pero sí quiero dar la voz a una opinión «bastante diferente»

«Reconozco que soy bastante ignorante en lo que respecta a la tecnología (yo entré en esto de los blogs sólo porque sabía «escribir bien»). Además este fue mi primer, y creo que único, EBE.

No sé si habrás leído «Watchmen» o visto la película. Espero que sí porque si no lo siguiente no se va a entender bien. Siempre tuve la impresión de que el Dr. Manhattan no era frío e inhumano, lo que me parece es que es un tipo bastante desorientado porque es capaz de percibir el tiempo (pasado, presente, futuro) simultáneamente.
En el EBE me pasó algo parecido. Percibí tantas cosas que no me gustaron y que me parecían que fallaban que ahora mismo no sabría enumerarlas o describirlas coherentemente. Pero haré el intento.
Que la organización fuese un tanto caótica, que los presentadores no tuvieran gracia y que las conferencias siempre se retrasaran es algo de lo que no voy a culpar a nadie. Yo tampoco sabría cómo hacer bien un evento para geeks con complejo de Peter Pan que creen que se enfrentarán con éxito al un Capitan Garfio encarnado en grandes medios y corporaciones. Supongo que me daría la impresión de que siempre estoy metiendo la pata y la seguridad en sí mismo del evento acabaría tocada.
Tampoco es que fuera a muchas conferencias. Como me arrimé a cuatro conocidos se nos pasaron bastantes entre cervezas. Quizá esa es la primera crítica que puedo hacer. ¿Para qué ir a un evento que, al final, te vas a tomar como una visita a los amigos? Reconozco que también es culpa mía, podría haberme plantado y haber dicho «Yo he venido a ver conferencias, a relacionarme y, en la medida de lo posible, a hacer «netguorquin». Pero… ¿cómo hacerlo cuando los «grandes» sólo se relacionaban entre ellos y cuando el resto eran pobres chavales promocionándose y diciendo «mi blog/podcast/loquesea es muy bueno, escúcheme»?
Ya no recuerdo a cuántas fui (imagínate lo que calaron en mi psique). Sólo recuerdo más o menos bien una del responsable de «Yoriento» sobre cómo administrar nuestro perfil en diferentes redes sociales: el mensaje fue valioso y lo interpreté como «dejáos de tonterías, creed en vosotros mismos y tened en cuenta que las dichosas cuentas sólo son un instrumento, no una solución». Otra que también recuerdo, por lo pesado, fue la de Gumersindo Lafuente (del extinto Soitu), pues la cosa empezó como un discurso de Fidel Castro y acabó con una ronda de preguntas de respuestas autojustificadoras. Como no podía ser de otra manera algunos del público aprovecharon para hacer un poquito de sangre amparados en lo que ellos, en su sapiencia (que no sabiduría), juzgaban que había fallado del formato. (modo ironic «on») Si abren ellos algo parecido supongo que tendrán mucho éxito y encontrarán financiación debajo de las piedras (modo ironic «off»).
De los premios bitácoras no voy a hablar, porque ya habrás visto todo. Sólo digo 3 cosas: 1. ¿Por qué todos los blogs de política finalistas eran de izquierdas y por qué existe esa dichosa categoría? Pero no me meto en eso, que sus razones habrá. 2. A mí me gustan otros diferentes de los que ganaron pero… 3. ¡SÓLO SON UNOS PREMIOS, JODER!
Pero lo que más me desagradó fue la actitud generalizada de «soy alternativo, estoy contra el sistema, todo lo tradicional está muerto» de muchos asistentes. Odio profundamente esta moda del criejo de entre 19 y 25 años que consiste en ir de cínico y descreído por la vida, como si lo hubiera visto todo. Eso les hace perder perspectiva y les hace creerse davides frente a goliaths cuando realmente son pequeños oficinistas de Tokio lanzándole el portafolios a Godzilla (no sé si me explico). Se lo tienen un poco creído eso de ser «la alternativa, el futuro, bla, bla, bla» y disparan a discreción y sin tener ni idea, ya sea contra un medio grande o la cantante «Sorpresa final», que a lo mejor sería un producto y cantaría mal, pero desde luego no merece «ahorcarse con sus propias cuerdas vocales» como acabo de leer en twitter. Por supuesto, también había mucha gente maja. Pero ya sabes: en un malpensado sólo calan los que le hartan.

En fin, a lo mejor soy el amargado y el cansado (y más después de oír solamente una vez que alguien hacía esto porque le apasionaba escribir) pero que creo que el EBE está mejor sin mí. Desde luego he perdido más de lo que he ganado: Un pastón en el AVE, un pendrive y una parte de mi tiempo del tan esperado fin de semana. Pocas nueces para tanto ruido…

Es tan sólo una opinión. Pero en esta Web colaborativa y democrática de la que tanto hablamos, a veces hay que dar la voz a los discordantes…

(Edito: Pocos minutos después de publicar este post he recibido varios correos de José Luís Antúnez preocupándose por los errores que nuestro «anónimo» detectó en su experiencia en el EBE. Me parece un acierto el que, pese a haber publicado una experiencia de una persona no identificada, la organización de EBE haya tardado tan poco en intentar dar explicaciones y recabar mayor información sobre los problemas acaecidos. Sin duda esa es una de las fortalezas de la Web 2.0)