Metagurus, Metaprogramas, Metatwitter…

Viernes por la tarde. Mi Timeline de Twitter comienza a llenarse de mensajes urgiendo a plantificarse delante de la Tele. Empieza el programa que parece haber atraído a decenas de las personas que sigo diariamente. Ese engendro creado por Veo7, la nueva marca de El Mundo TV, presentado por Melchor Miralles y que promete un rato de entretenimiento hablando sobre Twitter y las Redes Sociales.

Aguanté unos minutos del primer programa. Hasta que Miralles decidió que la noticia estrella era hablar sobre si Felipe González es millonario o no. A partir de ahí decidí que, viniendo de quién venía, la idea Twision no era más que otro espacio preparado para pontificar sobre la ideología de la cadena, utilizando para ello la excusa del doscerismo. Incluso lo escribí en un Twitt, dejando de ser seguido de inmediato por media docena de fieles de esa nueva religión televisivo-twittera.

A partir de ahí y durante las últimas semanas se reproduce una y otra vez la situación el viernes por la tarde. Si Larry King pudiera temblar debería hacerlo. El futuro de los talkshow pasa por Miralles y Abrego. Al menos eso es lo que parece desprenderse de los cientos de gorgeos alabando los rankings de paginas chorras en Facebook, las entrevistas hechas con la profundidad de visión de una carpa o simplemente la vanidad de que tu nombre precedido de una arroba se vea en la pantalla de la televisión.

Reflexiono con @OlvidoAndujar sobre ello y me recuerda cómo hace años los ICQceros se sentían especiales por el hecho de utilizar una aplicación antes que nadie. Cómo algunos usuarios de la Web se ven cegados por oropeles inexistentes y acaban convirtiendo el medio en el fin. ¿Necesitaba una aplicación como Twitter tener un metaprograma para hacer felices a sus usuarios? Al parecer si. Algo que puede entenderse en el marco del desconocimiento de muchos sobre ese sistema que te permite decir al mundo en 140 caracteres cualquier cosa que se pase por la cabeza. Marcelino Madrigal aprovecha para recordarme que podría hacerse un TuentiVisión, realizado por Cuatro, eso sí. Al tiempo…

Finalmente cedo a tragarme todos los programas para intentar averiguar el sentido definitivo de ese programa que aman los Twitteros a los que sigo. Paso minutos y más minutos intentando discernir por qué los chistes de Miralles y los consejos de Abrego me parecen absurdos, manidos y sin sentido. Y de paso observo la adoración recibida a través de replies a Veo 7 por haber abierto la puerta a la pseudoparticipación de los usuarios de Internet. Y pienso: algo debe fallar en el mundo de la web social cuando Twision se convierte en el programa de moda para tantos usuarios activos del pajarito piante.

Tras todo ello me acuerdo de Mobuzz y el ruido que hacía una recopilación de noticias más o menos conocidas. Claro, detrás de ellos no estaba un medio de comunicación con el poder de El Mundo y pasó a la historia como uno de los grandes fiascos del doscerismo incipiente. ¿Correrá Twision la misma suerte? Posiblemente no. A menos que las decenas de Twitteros, nueva raza de personas creada de forma artificial, pero con sentido de pertenencia a eso denominado Twitter, decidan que soportar publicidad a raudales (únicas críticas recibidas por el programa) no merezca la pena a cambio de verse durante unos segundos «participando» en el show.

No creo que Twitter vaya a cambiar el mundo. Pero menos creo que un programa sobre ello tenga más interés que la novedad de su formato. Eso sí, mientras tanto seguiré leyendo los viernes por la tarde el mensaje: «Empieza Twision». Fascinante…

Edito: Acabo de leer un post que me hace no sentirme el único rarito…

Everything is bigger in… Education!

Grande, muy grande es Texas. Puede que te lo cuenten o que leas sobre ello. Sin duda el Estado de la Estrella Solitaria resulta evocador desde nuestro país, con sus inmensos territorios, su mezcla de culturas y la idea de la gran frontera, el espacio de las oportunidades y también de los sueños rotos. Estado orgulloso de sus tradiciones, en el que la bandera que ondeó el tiempo en que fueron una República se codea con las barras y las estrellas al mismo nivel, en calles, fachadas, automóviles y cualquier espacio donde poder situar un símbolo que, en el caso de Estados Unidos, va más allá de una mera enseña nacional.

Podría hablar durante horas de la semana pasada en Texas, visitando Austin, gozando hasta el último de los rincones de la Capital Mundial de la Música en Vivo, de sus decenas de clubs en los que perderte escuchando todo tipo de sonidos musicales, de lo afectuoso de sus paisanos, siempre dispuestos a ayudarte y a recibirte con una sonrisa, obviando cualquier problema que pueda existir de idioma. Pero entonces este post sería uno más de los miles de contenidos existentes en Internet que hablan bien de una ciudad fantástica.

Por el contrario prefiero hablar de la experiencia de una semana en la que la educación ha impregnado todos los momentos. Comenzando con la acogida de mi buen amigo Ignacio, muestra viva de cómo uno puede seguir en contacto con sus alumnos 15 años después y aprender de ellos. Ignacio trabaja en la James Bowie High School y hasta allí nos acercamos para hablar de Tecnología y Educación. Fueron solo unos minutos compartiendo experiencias sobre los blogs y su uso como herramienta educativa pero nos dio tiempo de observar a fondo las diferencias existentes con los centros de secundaria en España, y también la cercanía, respecto a las dificultades que tanto allí como aquí existen para incorporar la tecnología en las clases.

También pudimos disfrutar de la hospitalidad tejana de Rudy Vela, un gran amigo y una excelente persona, que además de mostrarnos todos los rincones de la preciosa ciudad de San Antonio nos acogió en su Universidad, St. Mary´s University. Allí pude observar de primera mano un concepto totalmente diferente de Universidad al que estamos acostumbrados en España. Con clases personalizadas, dotadas de aulas abiertas, en las que cualquiera puede observar el trabajo que se desarrolla dentro de las mismas, enfocado en el desarrollo de casos prácticos. Y no podré olvidar el trabajo también de Luis Miguel Macías, estudiante enamorado de España que junto con Rudy nos hizo enamorarnos aun más de esa tierra tejana tan lejana y al mismo tiempo tan cercana.

Y finalmente la Universidad de Texas en Austin. Y dentro de ella su centro IDEA, dependiente del Learning Technology Center. Corazón de las innovaciones en tecnología aplicadas a la educación. Su coordinadora, Karen French, fue la mejor anfitriona que jamás habría podido soñar. Conocidos tan solo a través de un puñado de correos electrónicos previos a nuestra visita, el encanto de Karen nos llevó a interminables conversaciones sobre los cambios que ha de tener la educación para incorporar los avances técnicos, pero sin perder nunca el enfoque del aprendizaje.

Horas y más horas hablando de lo que nos iguala, de lo que nos hace trabajar con ahínco para lograr que la educación evolucione, tanto en su país como en el nuestro. Tanto Karen como Michelle Read y Ken Tothero fueron amigos desde el primer minuto e hicieron que tener que regresar a Madrid fuera una penitencia más que un final de vacaciones.

Everything is bigger in Texas, es el eslogan que todo el mundo recuerda de ese precioso estado. Aunque para mi la grandeza en este caso tenga que ver con el gran vacío que queda al dejar esa tierra atrás. Todo es maravilloso cuando uno está con gente maravillosa, es la idea que sigue planeando en mi cabeza. Ojala muy pronto podamos volver a encontrarnos…