A jugar!

Los niños aprenden jugando. Y un día alguien decide que ya son mayores para seguir con juegos y que la Escuela tiene que convertirse en algo «serio». Casi de la noche a la mañana el entorno de diversión y esparcimiento es sustituido por currículos que inciden en que el aprendizaje debe estar dentro del aula y el juego mantenerse fuera de ella, en los espacios de asueto. Los niños se convierten en adultos y los juegos se convierten en ese espacio observado desde lejos o, en el mejor de los casos, practicado en momentos específicos que no afecten a la actividad profesional.

Por fortuna nuestra sociedad está cambiando. Lo que algunos consideran como un proceso de inmadurez puede ser entendido por otros como un descubrimiento de nuevas perspectivas vitales acordes a un mundo distinto. Para la vida, la carrera profesional y, por supuesto, para el aprendizaje. Jugar está en nuestros genes. Divertirnos es parte de nuestra experiencia vital. Competir pero disfrutar haciéndolo es algo que durante mucho tiempo se obvió. Hasta la popularización de un horrible término anglosajón: «gamificación«. Horrible como neologismo pero que empieza a crecer y obtener adeptos que descubren que la vida no tiene por qué ser aburrida. Desde el mundo de la empresa y, por fin, desde el aprendizaje. En todas las etapas y todas las edades.

Gamification of Education

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Siempre me he preguntado la razón por la que en la escuela primero y posteriormente en la universidad se olvidaba ese concepto y ahora que puedo retomarlo, aun siendo tachado de oportunista, voy a indagar en él profundamente. Espero poder cambiar con él buena parte de la metodología de mis clases para el próximo curso (siempre que los buenos augurios se confirmen y regrese a las aulas) y deseo que a partir de octubre volver a descubrir el juego en clase sea tan positivo para mi como para mis futuros alumnos…

La Educación Prohibida

Hoy se ha estrenado «La Educación Prohibida» un ambicioso proyecto, en cuya financiación han colaborado cientos de personas por la vía del crowdfunding, que está llamado a marcar un hito en la forma que tenemos de entender la educación, la enseñanza y el aprendizaje. Las propuestas que se plantean durante las casi dos horas y media que dura el documental no serán nuevas para muchos docentes. Especialmente para aquellos que más preocupados están por la innovación educativa, por el replanteamiento de un sistema cuyos frutos cada vez son más decepcionantes y por la búsqueda de un aprendizaje que nos haga mejores, como personas y como sociedad, en último término.

«La Educación Prohibida» narra a modo de documental, con entrevistas a expertos de Latinoamérica y España cuáles han sido los pasos que nos han llevado en los últimos siglos a reproducir un esquema educativo como el que vivimos. Y está sazonada con animaciones y dramatizaciones, de forma que el resultado final sea no solo interesante de seguir, sino apasionante. Desde el punto de vista de los expertos en educación, incluso de los más «disruptivos», no me cabe duda de que en el documental se vierten opiniones que pueden ser discutibles e incluso polémicas. Pero en cualquier caso es un trabajo tan valiente y necesario que merece la pena verlo, disfrutarlo y a partir de ahí desarrollar un debate sensato sobre cómo queremos que sea la educación a partir de los próximos años.

Vivimos en la crisis más grave que se recuerda en el mundo occidental. Muchos de los paradigmas de nuestra sociedad del bienestar están siendo redefinidos. Incluyendo en ellos los sistemas educativos. Y nos enfrentamos a la encrucijada de hacer que lo más importante de todo, la EDUCACIÓN sea aquello que nos marque un futuro que sea mejor. El debate educativo no puede cerrarse en estos momentos. Ni permitir que sea monopolizado por quiénes únicamente quieren dar una vuelta de tuerca a «lo establecido». La política, con sus acciones, marca una línea de actuación. Pero los ciudadanos, los educadores y, en último término, los educandos, merecen tener otras alternativas.

«La Educación Prohibida» puede parecer un documental hecho para maestros y profesores implicados con corrientes pedagógicas «diferentes». Pero nada más lejos de la realidad. La Educación nos afecta a todos. Es nuestra vía de desarrollo como personas desde que somos niños. Y marca nuestro futuro como actores en una sociedad que somos todos nosotros, los que ya salimos de la escuela, los que están en ella y los que están por llegar. Por eso, merece la pena que todo el mundo lo vea. Es bueno saber que no solo en países como Finlandia, cuyo modelo siempre se pone como ejemplo, se tienen opciones.

Cambio de vida, en pocos días…

Durante el último año y medio he estado disfrutando una experiencia fascinante, la posibilidad de vivir en Malta y estar a cargo de la coordinación del Euro-Mediterranean University Institute en la isla. Aunque ciertamente el Instituto no ha despegado como nos hubiera gustado (los malditos problemas de financiación que nos atenazan a todos, especialmente a las universidades públicas), en el plano personal este tiempo ha servido para comprender las características especiales que genera la insularidad y el pequeño tamaño de un país como Malta. Ha sido un proceso que me ha permitido continuar investigando sobre aspectos relacionados con los Social Media así como con los nuevos entornos de aprendizaje, en los que la incorporación de la tecnología y una nueva visión de los procesos de enseñanza están cambiando las sociedades.

Al igual que hace casi un año me preparaba para establecer mi base de operaciones de forma temporal y durante un trimestre fuera de Malta, en Eslovaquia, en esta ocasión no habrá una vuelta a este pequeño país que tan bien nos ha tratado y que dejará una marca imborrable en nuestro recuerdo. Malta ha cumplido con creces nuestras expectativas y tanto para investigadores como, especialmente, para emprendedores que estén dispuestos a lanzarse a la aventura de trabajar en un entorno internacional, es absolutamente recomendable.

A fecha de hoy no sé donde estaré viviendo dentro de un mes. Lógicamente tengo alguna idea al respecto, aunque no hay nada cerrado. Lo que espero es poder volver a las aulas, puesto que durante este período, aunque he impartido bastantes cursos de formación continua, el contacto diario con mis alumnos ha sido lo que más he echado de menos. Y es que al final, cuando uno se siente profesor sobre todas las cosas es difícil sentirse completamente satisfecho estando alejado de la docencia.

Infoconocimiento se ha mantenido en silencio durante más tiempo del que me hubiera gustado, pero a partir de ahora volverá con bríos renovados. Especialmente en cuanto este verano de ciertas incertidumbres termine. Y es que ante un momento como el que todos estamos viviendo, mantener la ilusión en que lo que nos va a ocurrir en el futuro va a ser mejor, es necesario, cueste lo que cueste. Cerramos un capítulo y abrimos otro. Y desde aquí espero poder contarlo…