Ha muerto Dio

En noches como hoy, en las que mi pasión por la música se enfrenta a la desaparición de la mejor voz que ha tenido el Heavy Metal, simplemente puedo ahogar mis lágrimas sabiendo que hoy DIO agarra el arco iris con fuerza y grita como tantas veces… Long Live Rock´n´Roll \m/

Pidiendo ayuda: «Ruleta Estudiantil»

En Infoconocimiento suelo escribir sobre lo que se me pasa por la cabeza, habitualmente relacionado con el mundo de la Web Social y con especial hincapié en temas relacionados con la aplicación de la tecnología en la educación, una de mis líneas de investigación y eje de mi Tesis Doctoral. Pero hasta ahora no había solicitado apoyo pidiendo ideas o al menos comentarios sobre ellas. No más que en el espacio abierto para vuestra participación y que en algunas ocasiones mis lectores utilizáis.

En esta ocasión quiero escribir sobre una idea que me ronda en la cabeza desde hace algunos días y que posiblemente sea tan sólo un disparate. Pero tal vez con vuestras opiniones pueda avanzar sobre la misma, ya sea desde el plano teórico o, por qué no, desde el práctico. A estas alturas todo el mundo habla de Chatroulette, el sistema que permite conectar usuarios entre si de manera anónima y rápida, mostrando la cámara del interlocutor y ofreciendo un espacio para establecer una línea de chat si así se desea. La aplicación es sumamente simple. El usuario se encuentra ante distintas personas que usan el sistema y si lo que ve en pantalla no le gusta, simplemente con apretar la tecla F9 salta de forma aleatoria a otra cámara que esté emitiendo. Aquí podéis leer una guía de uso y ver un vídeo sobre ello.

Tras un buen rato probándolo tengo que reconocer que no he conseguido establecer ni una sola conversación ya que, por un lado, con gran velocidad mis «interlocutores» aprietan F9 de forma que casi no me da tiempo a intentar preguntarles su experiencia como usuarios (debo tener una cara muy fea o muy aburrida) y por otro, muchos de los usuarios que aparecen en pantalla muestran una extraña querencia por exhibir sus alivios sexuales, algo que lógicamente tiene muy poco interés para la mayoría, al menos desde el punto de vista educativo.

Dicho esto podría parecer que la aplicación no es más que flor de un día, pero sin embargo los datos muestran que, especialmente entre los más jóvenes, va creciendo su uso de forma exponencial. ¿Recordamos cuando Twitter comenzó su andadura? ¿Pensamos en la cantidad de veces que llegamos a plantear qué sentido tenía una herramienta que sólo servía para decirle al mundo qué estabas haciendo? ¿Algo que pudiera usarse con algún fin que no fuera el exhibicionismo en 140 caracteres?

Siempre he pensado que las tecnologías son simplemente un medio que puede adaptarse para el fin que deseemos. Lo hicimos con los blogs, con Twitter e incluso con las redes sociales. ¿Por qué no hacerlo con una herramienta de estas características?

Muchas veces hablamos de la importancia del trabajo colaborativo de los alumnos. ¿Podríamos romper de una vez por todas las paredes que envuelven el aula y lanzar a los chicos a que colaborasen en proyectos con otros alumnos completamente desconocidos? ¿Que trabajaran «cara a cara» a través de la web con personas distantes y con sus mismos objetivos? ¿Que abrieran su círculo relacional utilizando para ello una metodología que impulsara su aprendizaje?

No veo claro que Chatroulette pueda ayudar especialmente a estas ideas y otras que se me ocurren, pero si las bases en las que se sustenta. Entiendo que no es un sistema complicado de implementar (no soy ingeniero informático, de forma que puedo estar muy equivocado) y que contando con las protecciones necesarias en cuanto a seguridad de acceso para los chicos podría convertirse en una alternativa a los clásicos trabajos «usando la tecnología».

Esa «Ruleta Estudiantil» podría ser utilizada como un juego, y con el apoyo específico de los objetivos y la metodología que el profe considere, llevaría a una creación de conocimiento diferente, compartido y grupal, al mismo tiempo que divertido y adecuado a los nuevos desarrollos en los que nuestros chavales están inmersos.

Se que este post puede ser un tanto «lioso», pero quería abrir una línea de debate en la que estáis todos invitados a participar. Los padres, porque tenéis la lógica preocupación de lo que pueden hacer vuestros hijos delante de la cámara del ordenador. Los docentes, porque sois los que veis más de cerca las relaciones de vuestros alumnos con la tecnología y los problemas derivados de ella. Los técnicos, porque entendéis rápidamente en qué consisten los aspectos de desarrollo y las dificultades de implementación. Y, por supuesto, las personas con inquietud emprendedora, porque tal vez veáis en ello una línea de un posible nuevo producto que genere valor añadido a nuestros discentes.

Encantado de recibir todos vuestros comentarios…

Edito: Gracias al trabajo impresionante de Dolors Reig puedo leer este artículo sobre «Junto» que explica mucho mejor lo que tengo en la cabeza

El Tijeretazo

Hoy el enfoque está en las nuevas medidas económicas del gobierno. Pero enfocándonos en como seguirlas, ¿por qué no hacerlo usando Twitter y el hashtag #tijeretazo?

Con Wiffiti podéis hacer algo similar a lo que veis arriba. Aunque tampoco queda mal esta forma de presentarlo

Doscerismo divertido, para descargar tensiones… (Mueve el ratón sobre la presentación para ver las actualizaciones)

¿Se han vuelto locos en Google?

Llevo utilizando Google desde que descubrí que era el buscador del que «tiraba» Yahoo! cuando su índice no podía ofrecer suficientes referencias, es decir, desde diez años. Como millones de usuarios me sentí maravillado por un buscador rápido, ágil y sobretodo, limpio. Le he visto crecer y «engordar» sus servicios. Muchos de ellos tremendamente útiles y otros cuando menos mejorables. Como algunas empresas de Internet, han crecido hasta convertirse en el principal jugador de Internet. Hasta ahí nada nuevo, todo el mundo lo sabe, todo el mundo lo usa y para un gran porcentaje de la población que usa Internet Google es el oráculo de la nueva era.

Pero he aquí que Google, no contentos con su política de privacidad (cuando menos criticable) y con su espacio de liderazgo en Internet, han decidido dar una vuelta de tuerca y sacarse de la manga una «nueva versión» de su producto más exitoso, el buscador. Algo que se observa desde el primer segundo en el que realizas una búsqueda con la aparición de una barra a la izquierda con las opciones que Google «considera» que pueden interesar a los usuarios.

No voy a analizar esa barra ya que a lo largo de esta semana han aparecido decenas de post hablando sobre ella. Solo diré que me resulta tan absolutamente molesta que en menos de cuatro días he buscado (y conseguido) un hack para hacerla desaparecer. Tal vez Google considere que incluyéndola ayuda al usuario a mantenerse al tanto en todo momento de las «conversaciones» producidas en la Web. O más bien Google quiere posicionarse de nuevo como el canalizador de dichas conversaciones e interacciones, en un momento en el que Facebook es la estrella conversacional de Internet. Pero creo que Google se equivoca con su despotismo al obligar a que todos los usuarios usen su nuevo servicio, guste o no guste.

Está bien, las empresas de Internet no son conocidas precisamente porque les interese especialmente lo que piensan sus usuarios de ellas. ¿Que cómo se me ocurre decir esto? ¿Acaso Facebook hace caso al clamor contra sus políticas de privacidad? ¿O Twitter escucha a sus usuarios cuando se cabrean por la incorporación de cambios «alegres»? ¿O eBay? ¿O Amazon?… No, dejémonos de adoraciones poco fundadas y seamos conscientes de que las empresas de Internet hacen lo que les da la gana, y si gusta bien, perfecto. Si no, ya sabes…

Digo todo esto porque no nos va a quedar más remedio que soportar la «nueva» forma de buscar en Google. Incluso por aguantar que el útil «Buscar solo en páginas de España» (desde Google.com) haya sido abandonado para mostrar todos los resultados posibles en español. ¿Piensa Global y actúa en Local? Bonita frase vacía de contenido para compañías cuyo único objetivo es, a la postre, obtener gigantescos beneficios, aun a costa de meter la pata hasta el cuello. Tal vez Local, pero con poco feedback con sus usuarios locales…

Recuerdo cuando en el ´85 CocaCola decidió plantar cara a Pepsi y lanzar una nueva CocaCola al mercado. Su fracaso fue tan absoluto que en Atlanta todavía recuerdan aquel movimiento como uno de los mayores errores de su historia y que acabó dando alas a su competidor. ¿Ocurrirá lo propio con el nuevo Google? Es pronto todavía para saberlo, pero personalmente no me cabe duda de que han allanado el camino para el que quiera hacer que la Era Google comience su decadencia…

Metagurus, Metaprogramas, Metatwitter…

Viernes por la tarde. Mi Timeline de Twitter comienza a llenarse de mensajes urgiendo a plantificarse delante de la Tele. Empieza el programa que parece haber atraído a decenas de las personas que sigo diariamente. Ese engendro creado por Veo7, la nueva marca de El Mundo TV, presentado por Melchor Miralles y que promete un rato de entretenimiento hablando sobre Twitter y las Redes Sociales.

Aguanté unos minutos del primer programa. Hasta que Miralles decidió que la noticia estrella era hablar sobre si Felipe González es millonario o no. A partir de ahí decidí que, viniendo de quién venía, la idea Twision no era más que otro espacio preparado para pontificar sobre la ideología de la cadena, utilizando para ello la excusa del doscerismo. Incluso lo escribí en un Twitt, dejando de ser seguido de inmediato por media docena de fieles de esa nueva religión televisivo-twittera.

A partir de ahí y durante las últimas semanas se reproduce una y otra vez la situación el viernes por la tarde. Si Larry King pudiera temblar debería hacerlo. El futuro de los talkshow pasa por Miralles y Abrego. Al menos eso es lo que parece desprenderse de los cientos de gorgeos alabando los rankings de paginas chorras en Facebook, las entrevistas hechas con la profundidad de visión de una carpa o simplemente la vanidad de que tu nombre precedido de una arroba se vea en la pantalla de la televisión.

Reflexiono con @OlvidoAndujar sobre ello y me recuerda cómo hace años los ICQceros se sentían especiales por el hecho de utilizar una aplicación antes que nadie. Cómo algunos usuarios de la Web se ven cegados por oropeles inexistentes y acaban convirtiendo el medio en el fin. ¿Necesitaba una aplicación como Twitter tener un metaprograma para hacer felices a sus usuarios? Al parecer si. Algo que puede entenderse en el marco del desconocimiento de muchos sobre ese sistema que te permite decir al mundo en 140 caracteres cualquier cosa que se pase por la cabeza. Marcelino Madrigal aprovecha para recordarme que podría hacerse un TuentiVisión, realizado por Cuatro, eso sí. Al tiempo…

Finalmente cedo a tragarme todos los programas para intentar averiguar el sentido definitivo de ese programa que aman los Twitteros a los que sigo. Paso minutos y más minutos intentando discernir por qué los chistes de Miralles y los consejos de Abrego me parecen absurdos, manidos y sin sentido. Y de paso observo la adoración recibida a través de replies a Veo 7 por haber abierto la puerta a la pseudoparticipación de los usuarios de Internet. Y pienso: algo debe fallar en el mundo de la web social cuando Twision se convierte en el programa de moda para tantos usuarios activos del pajarito piante.

Tras todo ello me acuerdo de Mobuzz y el ruido que hacía una recopilación de noticias más o menos conocidas. Claro, detrás de ellos no estaba un medio de comunicación con el poder de El Mundo y pasó a la historia como uno de los grandes fiascos del doscerismo incipiente. ¿Correrá Twision la misma suerte? Posiblemente no. A menos que las decenas de Twitteros, nueva raza de personas creada de forma artificial, pero con sentido de pertenencia a eso denominado Twitter, decidan que soportar publicidad a raudales (únicas críticas recibidas por el programa) no merezca la pena a cambio de verse durante unos segundos «participando» en el show.

No creo que Twitter vaya a cambiar el mundo. Pero menos creo que un programa sobre ello tenga más interés que la novedad de su formato. Eso sí, mientras tanto seguiré leyendo los viernes por la tarde el mensaje: «Empieza Twision». Fascinante…

Edito: Acabo de leer un post que me hace no sentirme el único rarito…

Everything is bigger in… Education!

Grande, muy grande es Texas. Puede que te lo cuenten o que leas sobre ello. Sin duda el Estado de la Estrella Solitaria resulta evocador desde nuestro país, con sus inmensos territorios, su mezcla de culturas y la idea de la gran frontera, el espacio de las oportunidades y también de los sueños rotos. Estado orgulloso de sus tradiciones, en el que la bandera que ondeó el tiempo en que fueron una República se codea con las barras y las estrellas al mismo nivel, en calles, fachadas, automóviles y cualquier espacio donde poder situar un símbolo que, en el caso de Estados Unidos, va más allá de una mera enseña nacional.

Podría hablar durante horas de la semana pasada en Texas, visitando Austin, gozando hasta el último de los rincones de la Capital Mundial de la Música en Vivo, de sus decenas de clubs en los que perderte escuchando todo tipo de sonidos musicales, de lo afectuoso de sus paisanos, siempre dispuestos a ayudarte y a recibirte con una sonrisa, obviando cualquier problema que pueda existir de idioma. Pero entonces este post sería uno más de los miles de contenidos existentes en Internet que hablan bien de una ciudad fantástica.

Por el contrario prefiero hablar de la experiencia de una semana en la que la educación ha impregnado todos los momentos. Comenzando con la acogida de mi buen amigo Ignacio, muestra viva de cómo uno puede seguir en contacto con sus alumnos 15 años después y aprender de ellos. Ignacio trabaja en la James Bowie High School y hasta allí nos acercamos para hablar de Tecnología y Educación. Fueron solo unos minutos compartiendo experiencias sobre los blogs y su uso como herramienta educativa pero nos dio tiempo de observar a fondo las diferencias existentes con los centros de secundaria en España, y también la cercanía, respecto a las dificultades que tanto allí como aquí existen para incorporar la tecnología en las clases.

También pudimos disfrutar de la hospitalidad tejana de Rudy Vela, un gran amigo y una excelente persona, que además de mostrarnos todos los rincones de la preciosa ciudad de San Antonio nos acogió en su Universidad, St. Mary´s University. Allí pude observar de primera mano un concepto totalmente diferente de Universidad al que estamos acostumbrados en España. Con clases personalizadas, dotadas de aulas abiertas, en las que cualquiera puede observar el trabajo que se desarrolla dentro de las mismas, enfocado en el desarrollo de casos prácticos. Y no podré olvidar el trabajo también de Luis Miguel Macías, estudiante enamorado de España que junto con Rudy nos hizo enamorarnos aun más de esa tierra tejana tan lejana y al mismo tiempo tan cercana.

Y finalmente la Universidad de Texas en Austin. Y dentro de ella su centro IDEA, dependiente del Learning Technology Center. Corazón de las innovaciones en tecnología aplicadas a la educación. Su coordinadora, Karen French, fue la mejor anfitriona que jamás habría podido soñar. Conocidos tan solo a través de un puñado de correos electrónicos previos a nuestra visita, el encanto de Karen nos llevó a interminables conversaciones sobre los cambios que ha de tener la educación para incorporar los avances técnicos, pero sin perder nunca el enfoque del aprendizaje.

Horas y más horas hablando de lo que nos iguala, de lo que nos hace trabajar con ahínco para lograr que la educación evolucione, tanto en su país como en el nuestro. Tanto Karen como Michelle Read y Ken Tothero fueron amigos desde el primer minuto e hicieron que tener que regresar a Madrid fuera una penitencia más que un final de vacaciones.

Everything is bigger in Texas, es el eslogan que todo el mundo recuerda de ese precioso estado. Aunque para mi la grandeza en este caso tenga que ver con el gran vacío que queda al dejar esa tierra atrás. Todo es maravilloso cuando uno está con gente maravillosa, es la idea que sigue planeando en mi cabeza. Ojala muy pronto podamos volver a encontrarnos…

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